Señales de humo ante la ineptitud
Si naciste incendiario, no te mueras bombero, dice el refrán que me recuerda un tuit forestal que persigue a Enrique Alfaro cada vez que se incendia el Bosque de La Primavera. El 22 de abril de 2012, hace 12 años, el ahora gobernador escribió: “La Primavera nos manda señales de humo, se queja por la ineptitud y la irresponsabilidad de los gobiernos”.
¿No es una frase genial y hasta enmarcable? Traduce todo el sentimiento colectivo, la impotencia, el reclamo contra Emilio González Márquez que en ese momento gobernaba al Estado. En esa fecha La Primavera enfrentaba el segundo incendio más voraz de su historia; cuatro mil hectáreas fueron devastadas por el fuego.
No me cabe duda: Alfaro ha sido el mejor candidato que ha tenido Jalisco en su historia moderna. Otro boleto es su praxis de Gobierno; nuestra tragedia radica en que no ha sido mejor ni peor mandatario, sólo igual a sus antecesores.
Sin embargo, la percepción de que a veces es peor se magnifica por varios factores: el mal en tiempo presente siempre fue peor, su capacidad alterada para prometer como candidato y la grandilocuencia para publicitar sus resultados, en donde lo cosmético y lo fundamental se cantan al mismo son.
Desconozco las bases técnicas para no suspender clases mientras estaba activa una contingencia ambiental con el humo que envolvía la ciudad hasta pasada la una de la tarde (todo el turno matutino). El mensaje de Alfaro, que sólo puedo calificar como “visionario”, señalaba: “Esta mañana, gracias al comportamiento del viento y humedad que irán mejorando poco a poco la calidad del aire, se ha decidido no suspender clases en nuestra ciudad”.
A esa misma hora, la Universidad de Guadalajara dejó a criterio de cada escuela y centro universitario suspender clases o retrasar el ingreso.
Sin duda ayer con cuatro incendios activos había múltiples variables a evaluar como el tiempo atmosférico, la topografía, los vientos, el nivel de control de cada deflagración, etc. No tengo elementos técnicos para criticar las bases de esa decisión. Pero lo que dictaba mi sentido común y el de muchos ciudadanos y ciudadanas, además de nuestros ojos irritados, era que mejor había que guardarse en casa.
Por eso la mañana de ayer muchos nos quejamos y vimos señales de humo de La Primavera ante la ineptitud y la irresponsabilidad del Gobierno (Alfaro, 2012).
jonathan.lomelí@informador.com.mx