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Se puede perder el ‘bono demográfico’ de Jalisco

Si tiene usted suficiente edad, se acordará de que las familias de otros tiempos eran muy numerosas. No era raro que cada pareja tuviera 6-7 o más hijos.

Cuando los hijos mayores crecían lo suficiente, muchos tenían que abandonar los estudios para buscar una actividad remunerada pues el ingreso del jefe de familia era insuficiente para cubrir las necesidades de esas familias tan grandes.

Las hijas que crecían tenían que ayudar en labores domésticas, pues la carga para las madres era excesiva.

Esa realidad fue cambiando en los últimos años y los resultados del censo que recientemente dio a conocer el Inegi señalan que, en 2020, el número de hijos por mujer en el Estado de Jalisco fue de 2.1 en promedio.

La familia típica tiene dos hijos, lo que da oportunidad para que estos puedan prolongar su lapso de estudios y eventualmente puedan generar mayores ingresos cuando lleguen a su edad productiva.

Hay otro cambio relevante que ha modificado la economía de las familias en Jalisco: la participación económica de las mujeres.

Hace medio siglo eran contadas las mujeres que tenían un trabajo remunerado. Según el Inegi, hace 20 años eran 3 de 10 las que generaban ingresos. Hoy es el 52 por ciento del total de quienes tienen edad para trabajar.

Todavía están por debajo del 77 por ciento que corresponde a los hombres, pero mientras éste se ha mantenido relativamente estable, el porcentaje de mujeres que trabajan sigue creciendo.

Así que no solo hay familias más pequeñas, sino que muchas de ellas ya tienen dos ingresos.

Todo ese cuadro forma lo que se ha dado en llamar el “bono demográfico”; es decir, una condición en la hay una gran proporción de la población dedicada a actividades productivas. En Jalisco es de 64.1 por ciento de la población y es la séptima más alta entre todas las entidades federativas de México.

Esta circunstancia no durará todo el tiempo. En otros países se ha observado que el envejecimiento de la población conduce a que esta proporción baje al paso de los años. Sin embargo, en México en general y en Jalisco en particular, se podría esperar que durante los siguientes 10 años al menos continuará incrementándose.

La mala noticia es que, para aprovechar ese “bono demográfico”, se requiere una población calificada. Y allí es donde el censo no nos dio buenas noticias.

El Estado de Jalisco tiene en promedio 9.9 años de escolaridad. Es decir, no se llega en promedio ni al primer año de bachillerato.

Pero lo peor es que, en los últimos 20 años, el aumento ha sido de solo 2.4 años. Esto quiere decir que para tener una escolaridad promedio de bachillerato completo deberíamos esperar hasta el año 2038 y para tener una población con un promedio de estudios universitarios ¡hasta el año 2071!

Si no garantizamos que más y más jóvenes puedan estudiar por un tiempo más prolongado (dejando por lo pronto a un lado el tema de la calidad), echaremos por la borda la oportunidad que nos da el “bono demográfico” y correremos el riesgo de convertirnos en el futuro en un país que no pueda sustentar a sus adultos mayores.

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