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Se fue Willie Mays: un gigante en todos los sentidos

El pasado martes 18 de junio se fue uno de los grandes, qué digo grandes, uno de los exponencialmente célebres y colosales peloteros en toda la historia del rey de los deportes: Willie Mays, leyenda de los Gigantes y en general de la Major League Baseball (MLB), quien falleció a los 93 años de edad.

Seiscientos sesenta. Esa es la cantidad de jonrones que salieron del bate de Mays durante su carrera. Cuando el “Say Hey Kid” se retiró al final de la temporada de 1973, sólo Babe Ruth y Hank Aaron tenían más vuelacercas.

Mays terminó 23 temporadas en las Grandes Ligas con un total de tres mil 293 imparables y mantuvo un promedio de bateo de por vida de .301, algo sorprendente para un jugador con tal poder. En 14 ocasiones fue convocado al Juego de Estrellas. Ganó el Guante de Oro 12 veces. Impulsó más de 100 carreras en una temporada en 10 ocasiones.

Fue nombrado dos veces como el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional. Algunos expertos aseguran que, “de no haber sido por la necesidad de repartir el premio entre más jugadores, Mays podría haber sido el Jugador Más Valioso siete veces más”, escribió el miércoles Kurt Streeter en su columna para The New York Times.

Mays, quien recibió la Medalla Presidencial de Honor por su aporte al deporte estadounidense, tuvo la satisfacción de ser distinguido, en vida, con un reconocimiento legendario, siendo que desde 2017 la Gran Carpa nombró al trofeo al Jugador Más Valioso de la Serie Mundial como “Trofeo Willie Mays”, conmemorando su atrapada en el Juego 1 del Clásico de Otoño de 1954 entre los Gigantes de Nueva York y los Indios de Cleveland.

“Los números y los premios sólo cuentan una parte de su historia. Lo que lo distinguió como la más adorada de las estrellas fue cómo jugaba: el modo en que doblegó los límites del beisbol a su voluntad con su inteligencia, su velocidad, su estilo y su poder”, relató el periodista del influyente periódico estadounidense, quien no obstante, recordó en su columna que Mays no supo retirarse a tiempo del beisbol y en el segundo juego de la Serie Mundial de 1973, con 42 años de edad, el padre tiempo le cobró factura.

“El ‘Kid’ Willie Mays tuvo problemas en el plato y tropezó entre las bases. En un momento, se preparó para una línea que venía en su dirección, una bola que habría atrapado fácilmente durante la mayor parte de su carrera. Pero Mays se cayó. Otro error en los jardines provocó que el juego se empatara en la novena entrada”.

“El impacto de verlo de esa manera perduraría mucho más allá de sus días como jugador como una advertencia: no seas como Willie Mays, quedándote demasiado tiempo, tropezando en el jardín central, siendo una sombra de lo que eras. Eso se convirtió en el axioma, expresado de una u otra manera por todo el mundo, desde políticos hasta líderes empresariales y comentaristas que opinan sobre los grandes atletas que anhelan jugar hasta su ocaso”.

Sin embargo, sería injusto recordar al maravilloso Willie Mays por lo que sucedió en un juego, en el que por cierto, tres entradas después se redimió conectando un imparable con el que le dio la victoria a los Gigantes, aunque terminaron perdiendo la Serie Mundial.

Las estrellas de Hollywood admiraban a Mays y no tuvieron miedo de elogiarlo. “Si jugara beisbol como tú”, dijo efusivamente alguna vez Frank Sinatra, “sería el tipo más feliz del mundo”.

“Cada vez que pisaba el terreno de juego, sabías que verías algo especial que probablemente nunca antes habías visto”, afirmó Bob Kendrick, presidente del Museo de Beisbol de las Ligas Negras.

El extraordinario Willie Mays, debe ser recordado como uno de los mejores peloteros en la historia del Rey de los deportes, de la talla de Babe Ruth, inspirador de generaciones de peloteros que deja un enorme legado al beisbol.

bambinazos61@gmail.com

@salvadorcosio1

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