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Se corona Venezuela en brillante Serie del Caribe

Terminó la Serie del Caribe en su edición número 66 con la coronación de uno de los conjuntos que indudablemente mostraron mejor desempeño en la etapa denominada Round Robin, que coloquialmente se le conoce como de Cuartos de Final. Los Tiburones de la Guaira, campeones de la Liga venezolana del beisbol invernal, con algunos refuerzos, derrotaron en el cotejo final con pizarra de 3-0 a los Tigres de Licey, conjunto que con reforzamiento representó al béisbol de invierno de la fuerte Liga dominicana.

Más allá del desempeño y los números en cuanto al desarrollo de los duelos previos a la Final en el serial caribeño, desahogado en esta ocasión en el Loan Depot Park, casa de los Marlines de Miami de la Liga Nacional de la Gran Carpa, lo que hay que celebrar en general es que la serie fue brillante; buenos lances defensivos, bateo espectacular, errores también los hubo en el campo al defender posiciones, como de alguna forma similar se dieron muchas oportunidades de todos los conjuntos por anotar y dejaron a los peloteros en los senderos, actuaciones sublimes en la lomita de las responsabilidades, pero también fracasos inesperados.

Fue merecida la inclusión de ambos representativos en el cotejo final y también, por qué no decirlo, bien jugado y bien ganado por la tropa que dirige Osvaldo Guillén, quien se convierte en uno de los pocos mánagers que han sido campeones pilotando un equipo de las Grandes Ligas en la Serie Mundial y a un conjunto representando a su país correspondiente en la Serie del Caribe, como en este caso fueron los Tiburones de la Guaira.

Si bien los Tigres de Licey, el equipo representativo de la República Dominicana traía etiqueta de ligero favorito, el juego final es una moneda en el aire y se perdió con la cara al Sol.

Si pudiésemos hablar de qué equipo se presentaba como el más temido o el más respetado previo al inicio del serial, se debería decir que era precisamente el de República Dominicana. Y que entre los subsecuentes etiquetados como aspirantes en la búsqueda de la corona se podían catalogar muy parejos a los conjuntos representativos de Puerto Rico, México y especialmente Venezuela, aunque por ahí se hablaba también de la posibilidad de un buen trabajo, un desempeño adecuado de parte del conjunto de Panamá.

Pero  hay que dejar claro que al final los resultados en la etapa de Round Robin posicionaron a Venezuela como el mejor conjunto, con cinco juegos ganados y una derrota, ligeramente arriba por el criterio de empate en relación al desempeño defensivo y ofensivo de Panamá, que también concluyó con cinco victorias y un descalabro; ambos por arriba de República Dominicana, que terminó en empate de derrotas y victorias, con tres en cada departamento, igual foja de la sorpresa que fueron los llamados Soles de Curazao, aunque ligeramente inferior su desempeño en la estadística promedio entre ofensiva y defensiva.

La sorpresa fue que no obstante quedar colocados con el mismo número de cotejos con fatalidad y de éxito entre sí tres, los Criollos de Caguas que representaron a Puerto Rico quedaron fuera del grupo de cuatro semifinalistas por tener un desempeño estadístico, ofensivo y defensivo ligeramente inferior al de Curazao. En tanto, la sorpresa negativa fue el caso de México, que tuvo una de las peores actuaciones en la historia moderna del serial caribeño, con apenas dos victorias y cuatro derrotas, más sin dejar de advertir aquel juego en que debieron de haber ganado frente a Panamá y que fueron derrotados en el contexto de una polémica decisión que terminó por afectarles al perder el juego y ya no hubo posibilidad de alcanzar a colarse quedando en el quinto lugar, y finalmente, el fracaso rotundo de los nicaragüenses que terminaron sembrados en el fondo de la tabla sin obtener victoria alguna.

Un factor interesante fue el público que de alguna forma respondió, quizás en menor medida a lo que acontece cuando los juegos se realizan en una plaza mexicana importante como ha sido Zapopan o Mazatlán o Culiacán o Hermosillo por citar las más importantes, pero con una afluencia mejor que la que se ha venido generando en los últimos años en sedes de países como República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico.

El lleno impresionante de la Gran Final es una bonita estampa y ahora queda la tarea a  México, siendo que la ciudad de Mexicali organizará el certamen en su edición 67, deseando resulte exitoso y ojalá sea lo que se espera de este ascenso del serial que se ha convertido ya en un reflector importante para muchos peloteros que juegan en el beisbol invernal de América Latina.

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