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Se confirmó a lo que vinieron

El jueves de la semana pasada en el espacio de esta reflexión -que se titulaba “Que solo vinieron a saludar”- hicimos referencia a la visita de los secretarios norteamericanos de Estado y Seguridad Nacional -Antony Blinken y Alejandro Mayorkas, respectivamente-, donde supuestamente “no se trató nada en particular, sólo refrendamos nuestro interés en seguir trabajando juntos”, según dijo la canciller mexicana, Alicia Bárcena, pero en la que destacamos que “los acuerdos reales a los que se llegaron en Palacio Nacional, pronto habrán de conocerse con el paso de los días”. Y así fue, no tuvo que pasar mucho tiempo, solo seis días para que se confirmaran las “recomendaciones” que los altos funcionarios estadounidenses dejaron en la mesa cuando se sentaron con el Presidente López Obrador.

El tema principal de la agenda era las caravanas de migrantes, sobre todo cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, está sometido y “contra la pared” por el Congreso para resolver el problema de migrantes en la frontera con México y cuando desde el 24 de diciembre se había iniciado en Chiapas la denominada caminata “Éxodo de la Pobreza” en la que venían cerca de 10 mil personas con la intención de llegar a la frontera norte. La “recomendación” debió haber sido, detenerlos a como dé lugar.

Todavía el jueves, durante la mañanera, el Presidente López Obrador le quiso restar importancia y dijo que “En el caso de la caravana, ya se ha ido quedando en el sureste. Hablas -le dijo el reportero que los cuestionó sobre el tema- de 8 mil el informe de hoy creo ya es de mil 500, lo que hace un momento me informaron de la Secretaría de Seguridad”, lo que era falso rotundamente, porque hasta ese día se mantenía el grueso inicial de migrantes, según los reportes de los corresponsales de la prensa internacional. Era imposible “tapar el sol con un dedo”.

Y fue precisamente el martes pasado cuando los migrantes de la caravana hicieron una oración por la paz en el Centro de Atención Integral al Transporte Fronterizo en Cerro Gordo, municipio de Huixtla, en Chiapas, luego de que elementos de la Guardia Nacional les impidieron el paso, para que posteriormente llegarán oficiales del Instituto Nacional de Migración (INM) para ofrecerles visas humanitarias por un año. Ahí estaba terminando oficialmente la caravana del “Éxodo de la Pobreza” y se estaba cumpliendo “al pie de la letra” la “recomendación” estadounidense de detenerlos a como diera lugar para impedir su llegada a la frontera norte.

La visita de Blinken y Mayorkas -como dijimos la semana anterior- no fue sólo “una reunión donde reafirmamos amistad y compromisos”, según dijo la canciller, fue una sesión donde se dejaron instrucciones concretas -ya puestas en marcha- y en donde México tiene que apoquinar con la carga de los migrantes en nuestro territorio, a cambio de un beneficio desconocido. En otras palabras, se confirmó a lo que vinieron.

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