Se buscan candidatos reales
Nos espera un año de rayos, truenos y centellas. Auténticas tormentas por todas partes.
Por ambición personal todos aquellos políticos que se sienten con derecho a ser candidatos harán su propia y tremenda guerra para ser los ungidos: los “buenos”.
Para eso han dedicado su vida a la política.
Y son muchísimos.
Buscarán desde la presidencia del país hasta las senadurías y diputaciones federales pasando por gobernadores, presidentes municipales y regidores.
Habrá de todo y para todos.
Son tantos los llamados y tan pocos los elegidos.
Al no haber reglas ni protocolos para la selección todo se vale.
Lo que menos importa es que no haya proyectos ni una auténtica vocación de servir a un país dolido y lastimado por dos problemas fundamentales: el hambre y la violencia.
Pero eso no importa.
Es momento de juntar aliados, guerrilleros y empezar a dar la batalla para ocupar lugares a toda costa y a cualquier precio en los medios de comunicación para que los nombres suenen.
Tristemente veremos de todo.
Seremos testigos de que quienes en algún momento se consideraron entre ellos camaradas, hoy se dan con todo con el afán de hacerse pedazos.
Es el tiempo de los políticos que, si bien muy poco han hecho por el país, ahora harán menos, e incluso le harán daño.
Decía Facundo Cabral que no confiaba en los políticos porque al final te dan mucho menos de lo que te han quitado.
¿Y los ciudadanos? ¿Qué papel jugamos?
Después de la lección de autoritarismo que ha dado el Presidente López Obrador, varios movimientos importantes de ciudadanos auténticos entienden que aprovechando esa guerra entre los políticos es momento de construir personajes capaces de crecer lo más que se pueda en estos dos años y alcanzar eventualmente la estatura de candidatos.
Tarea harto difícil.
Si alguien sabe cómo acaparar reflectores y minimizar a la ciudadanía son los políticos, y este año más que nunca van a trabajar en ello.
Por eso es tiempo como ciudadanos de voltear hacia nosotros mismos, de buscar entre nosotros a los hombres y mujeres que realmente pueden sustituir a es clase política que sin distingo de color no ha hecho la tarea para el país.
Ciertamente hay poca idea de cómo hacerlo.
No estamos acostumbrados. No sabemos cómo se construyen candidaturas auténticamente independientes.
Tristemente la mayoría de quienes se han dicho candidatos ciudadanos son en realidad tránsfugas de algún movimiento político, o rápidamente absorbieron los malos hábitos.
Pero si de algo vale, habemos quienes vamos a estar atentos, apoyar, dar a conocer y ofrecer los nombres.
Ciudadanos de primera los hay. Intachables.
Y esos son los que necesitamos en este momento.
platapi@hotmail.com