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Se busca una epopeya

La Selección Mexicana jugará hoy su segundo partido del Mundial de Qatar y será, ni más ni menos, que contra Argentina. El panorama está complicado, primero y principal, porque el Tri requiere de sumar para llegar con posibilidades a la última jornada de la Fase de Grupos. 

Desde el sorteo se sabía que el enfrentamiento ante la Albiceleste sería complicado y en el que las posibilidades de no perder serían menores que ante Polonia y Arabia Saudita, a eso se debe agregar que el conjunto Sudamericano llega “herido” por la derrota ante los árabes y requiere del triunfo para evitar el “papelón” de quedar fuera en la primera fase del Mundial en el que es señalado como uno de los más sólidos candidatos al título. 

Hacerle un “partido digno” está bien, pero lo importante en este caso es sumar sin que las formas tengan demasiada importancia.

La historia registra que cuando se han visto las caras, México le ha hecho muy buenos partidos a Argentina; en la Copa América de Ecuador, en la Copa Confederaciones de Alemania, en el Mundial de 2006, pero los antecedentes también registran que solamente en una ocasión México se ha logrado imponer en una competencia oficial a Argentina: la Copa América de Perú. Estas referencias, por cierto, se realizaron en el proceso de Ricardo La Volpe, porque en Sudáfrica 2010 con el “Vasco” Javier Aguirre, el Tricolor ni las “manos metió”.

Por supuesto que lo anterior no se debe interpretar como que la causa está perdida, pero sirve para dimensionar la magnitud del reto.

El futbol mexicano es un futbol de efemérides, los éxitos no abundan y los pocos que se han conseguido se recuerdan con frecuencia como motivación. El triunfo sobre Alemania en Rusia quizá sea un buen ejemplo, entre algunos otros, pero hacer de la excepción la regla es temerario.

Tal vez, el no haber derrotado a Polonia podría ser una factura que se tendrá que pagar. Lo que sí se puede anticipar es que hoy habrá un curso intensivo de estrés.

Pero en Qatar, no todo es México. Los equipos de la Concacaf siguen sin ganar; Estados Unidos empató sin goles con Inglaterra.

La forma como se vive un Mundial es distinta en cada país. A los aficionados de Qatar no les importó demasiado el pálido papel que hizo su Selección, tanto esperar su Mundial para despedirse en 180 minutos con mucha más pena que gloria. Ni en la cancha ni en las tribunas hubo esa pasión que uno esperaría que hubiera de parte de los anfitriones.

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