Salón de la Fama del Beisbol Mexicano: entre merecimientos y polémica
El Salón de la Fama del Beisbol Mexicano ubicado en Monterrey (Nuevo León), que es el lugar de mayor prosapia donde se puede encumbrar a un integrante de la grey beisbolera que se ha desempeñado sea como pelotero, como directivo, o como mánager en el beisbol profesional que se practica en nuestro país, tendrá nuevos integrantes a partir de los últimos meses de este año y estos han sido ya electos el pasado viernes 17 del mes en curso.
Los elegidos en la categoría de jugadores son: Luis “El Rayo” Arredondo, Roberto “Chapo” Vizcarra, Javier Robles y Noé Muñoz; Juan Gabriel Castro fue nominado en la categoría de peloteros que destacaron en los equipos de Ligas Mayores en la Gran Carpa; en la categoría de veteranos los favorecidos fueron Alejo Ahumada y Jesús Moreno; en el segmento de directivos se eligió a Alfredo Harp Helú y en el de mánagers a Tomás Herrera.
Y, sin dejar de reconocer la calidad, características, y cualidades de quienes fueron electos, siempre queda la polémica de quienes no están o si los que están deben ser los nominados; si es justo o injusto, o que si otros pudieran tener igual o mejores números o mejores condiciones para ser favorecidos.
Pero más que el tema de analizar si lo merecían o no, lo cuestionable es que en plena era de la tecnología, donde fácilmente se puede contabilizar casi todo lo que se hace en el terreno de juego por los peloteros en las distintas posiciones, se siga llevando a cabo la elección con base a criterios no muy claros, comenzando porque existe una duda justificada en relación a quienes tienen a su cargo la tarea de elegir a quienes serán inmortalizados.
Queda siempre flotando en el aire la sospecha en el sentido de que puede haber circunstancias que favorezcan a determinado nominado por razones tales como simplemente el tener propensión por algún motivo sentimental, amistoso o de alguna otra índole.
Y hay que decir que el tema no es exclusivo del beisbol mexicano, pues igualmente se pone en tela de juicio cómo se maneja el sistema y el esquema para nominar y elegir a quienes están en el Salón de la Fama del beisbol mundial en Cooperstown, Nueva York, lugar al que por cierto, muchos deseamos se pueda llevar muy pronto a Fernando Valenzuela, quien sin duda tiene los merecimientos y las características necesarias así como los atributos para ser glorificado en el mejor lugar donde se puede honrar a un beisbolista de clase mundial como “El Toro” de Etchohuaquila.
Y en este contexto, vuelve a salir la polémica entre quienes se preguntan por qué no existe un salón de la fama en cada uno de los equipos importantes del beisbol nacional, cuando menos que han tenido por sus filas a muy destacados peloteros que han dejado huella por su desempeño, por su calidad, por su personalismo y sus valores tanto como pelotero sirviendo en el terreno de juego, pero además como buen ciudadano, transmitiendo ejemplo de honestidad, de valía y de civismo en el trato de la cotidianidad en el que se desempeña como personas en el ámbito general.
Pero insistimos, debe haber un avance, una evolución hacia criterios más claros, más directos, más transparentes, más contundentes en cuanto a cómo elegir a quienes van a nominar y a emitir su voto y cuáles son las características, los puntos de enfoque, los criterios sobre los que se debe basar la decisión y no solamente dejarlo a la determinación personal en cuestiones que pueden ser subjetivas.