Salir del caos
Dicen que entre más disfuncional es un Gobierno, es porque refleja lo que también pasa en nuestra sociedad. Por eso se ha afirmado que cada pueblo tiene el gobierno que se merece.
Puede parecer pesimista, y dejarlo así si no es que nos ponemos a buscar la manera de cambiar esa situación que acontece. Precisamente una de las primeras condiciones de la salud mental es dejar de estarnos lamentando y quejando de las cosas y ponernos a trabajar por lograr cambios más positivos. De nada sirve echar culpas, a diestra y siniestra, o buscar la causa en nuestro lamentable pasado, sino en cambiar nuestra manera de pensar y lanzarnos a vivir en un pensamiento más positivo y alentador.
Ciertamente, la disyuntiva de vivir polarizados, acusándonos de cuantas barbaridades se nos ocurran, el buscar los defectos y la paja en el ojo ajeno, ha sido un caótico sistema de hacer política. Entre más negativos nos hemos puesto, más atraemos la violencia, la irritabilidad, el enojo, el rencor, los deseos de venganza y así caemos en un terrible mundo del odio y el resentimiento.
Necesitamos cambiar nuestro sistema de pensamiento a uno que eleve mucho más nuestros estados mentales y seamos capaces de promover un bienestar desde la inteligencia emocional, a restablecer la armonía social con pensamientos más positivos y promover unos valores mucho más constructivos que dejarnos arrastrar por el mal humor y el pesimismo.
Tenemos errores y fallas, eso es indiscutible, pero también tenemos muchos aciertos y el encanto de un país maravilloso. Es una oportunidad de tomar consciencia de lo mucho que podemos hacer por cambiar nuestro sistema de pensamiento y tratar de influir en nuestro caótico sistema político. Vamonos enfocando en lo bueno que tenemos, en la gran solidaridad que poseemos ante las crisis y las catástrofes. Porque así somos los mexicanos, y ahora estamos cayendo en una crisis de violencia y de desatino electoral, que nos regala la oportunidad de modificar nuestro enfoque a ver con mayor valor la reconciliación, la unidad, el trabajo conjunto y la amistad como un valor que nos conduzca a rehabilitar y sanar las heridas que tenemos.
Cambiar nuestra consciencia y elevar nuestra actitud a mejores niveles de trato, para empezar con todos aquellos que piensan distinto a mí. Ya dejemos de caer en la provocación de estar dividiéndonos y enfrentándonos entre nosotros. Queremos un México más unido y sin fracturas. Cancelemos de golpe la tentación de hablar mal de los demás a estar criticando y pisoteando la dignidad de los adversarios. México es uno, y la fuerza reunida en nuestras voluntades nos permite crear el México que anhelamos.