¡Rudo contra técnico!; Naranjeros favorito sobre Tomateros
Después de 24 años, Naranjeros de Hermosillo y Tomateros de Culiacán se volverán a encontrar en una Serie Final de la Liga Mexicana del Pacífico (LMP), el máximo circuito beisbolero profesional que se juega en otoño-invierno.
El conjunto culichi y los Bombarderos del Choyal se han enfrentado ya en cuatro ocasiones en una Serie Final de la LMP, dividiendo triunfos dos para cada uno, en el marco de una rivalidad que data desde antes de 1945, siendo que con base en un gran historial de inolvidables cotejos se ha dado en llamar a este el Gran Clásico del Pacífico.
Los representativos de las capitales de Sonora y Sinaloa, Naranjeros y Tomateros, de manera respectiva, se han visto las caras ya en cuatro Finales (1979-1980, 1982-1983, 1994-1995, 1996-1997), sin menoscabo de otros enfrentamientos en Repesca y Semifinales.
Naranjeros llega a esta nueva disputa final en busca de su título 17 en el torneo invernal y cuenta además con dos campeonatos de Serie del Caribe; en tanto que Tomateros, procurará retener la corona que ostenta desde la temporada pasada, cuando conquistó su título número 12 en la Liga del Pacífico superando a Venados de Mazatlán, y de igual forma tiene en su haber un par en Serie del Caribe.
Hay que recordar que para alcanzar esta última etapa de los Playoffs, Naranjeros dejó fuera de competencia primero a Venados de Mazatlán, en la Repesca, y luego a Sultanes de Monterrey en Semifinales. En tanto que Tomateros hizo lo propio eliminando a Algodoneros de Guasave y posteriormente a Yaquis de Ciudad Obregón.
Pero será a partir de este viernes cuando se ponga en marcha una nueva página en la historia del Gran Clásico del Pacífico, que Naranjeros y Tomateros volverán a medir fuerzas, y lo harán primero en el Estadio Hermosillo de la entidad sonorense.
No obstante que los de la tropa de la capital sonorense tuvieron ostensiblemente mejor desempeño durante cada una de las dos vueltas en la agenda ordinaria de la actual campaña, cosechando más unidades y teniendo la ventaja por ello de ser anfitriones en los dos primeros cotejos y poder incluso de ser necesario cerrar en casa el serial, hay que considerar que los Tomateros son el equipo que defiende la corona; que durante los últimos años han estado cotidianamente inmersos en los Playoffs, llegando así como ahora en los últimos peldaños de los standings de entre aquellos que pasan a la Postemporada y han venido de atrás para ser campeones y/o ubicarse lo más lejos posible.
De manera tal que dejando un poco de lado el historial del desempeño en esta campaña, llegan al tú por tú con la ventaja, insisto, de la localía, que como mejor clasificado tiene en los primeros cotejos y en el cierre el escuadrón de Hermosillo, aunque el equipo sinaloense cuenta con una historia de garra en la Postemporada que le va a ayudar.
Otro duelo interesante se vivirá en las bancas, en donde los estrategas se verán las caras nuevamente en una Serie Final.
Por un lado está un mánager como Juan Navarrete, catalogado como más técnico, más preparado, con más profundidad, más conocimiento, y más experiencia frente a otro, polémico, incluso tachado como insulso por muchos por sus desplantes, que es Benjamín Gil, quien juega quizá más arriesgadamente, pero también sin dejar de tener sus dotes como estratega.
Se enfrentaron anteriormente en la Final de 2014-2015; Navarrete como timonel de Charros y Gil como mánager de los culichis tuvieron esa épica batalla en la que Culiacán arrolló a Jalisco, no obstante que como resulta ser ahora con Naranjeros, los Charros llegaban como prácticamente el mejor conjunto durante la agenda regular del torneo y con mucha fuerza a la Final, pero fueron de alguna manera flagelados por la tropa dirigida por Gil, recordando aquel exabrupto del mánager culichi que en forma soez se burló de sus competidores.
Las condiciones estén dadas para ver una Serie Final digna. La batalla será fragorosa y ganará aquel que administre mejor sus recursos humanos, los conduzca mejor en el terreno de juego y tenga la mejor estrategia.