Rubí
En estos días de confinamiento quizá hayan tenido la oportunidad de disfrutar, en conocida plataforma digital, el documental “Descubriendo a Anna Frank: historias paralelas”, narrado por la actriz Helen Mirren. Al verlo recordé aquella anécdota sobre una reportera que le preguntó qué consejo le daría a su yo más joven; la británica respondió: “no ser tan cortés y decir vete al carajo más seguido”.
El pasado jueves durante la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador en su visita a Jalisco, observé en uno de los monitores de la televisora en la que trabajo, a una reportera vestida de color rosa a la que le tocó el turno de preguntar. No la conocía ni la identifiqué, pero vi a una joven con cara de niña, de aspecto formal para la ocasión, y punto.
Conforme transcurrió ese día la participación de Rubí Bobadilla, quien trabaja para este periódico, fue tomando notoriedad en redes sociales debido a la gran cantidad de insultos, críticas y violencia en torno a su forma de vestir. Para mí fue inevitable pensar en algunos puntos que considero relevantes: por un lado, el machismo y la misoginia continúan ahí, esperando cualquier escollo para hacer su aparición; y por otro lado, la importancia de evidenciar estas acciones y a quienes las ejercen, como una muestra clara de la falta de educación en igualdad de género y respeto hacia todas las personas. Por cierto, la mayoría de los agresores escondidos detrás del anonimato que permite el ciberespacio.
La participación de la mujer en los medios de comunicación no ha estado exenta de la dificultad para obtener un puesto y recibir una remuneración económica igual a la de los hombres, ni ajena a la descalificación con el fin de anular su presencia en una sociedad en la que muchos aún se consideran superiores. Para ejemplo tenemos a las cámaras, grupos, asociaciones y hasta sindicados de la industria de la comunicación, liderados eternamente por hombres.
Pues bien, ese día, esta joven de aproximadamente 25 años, logró colocar a nivel nacional dos temas de interés para Jalisco: las fosas clandestinas y la conclusión de la Línea Tres del Tren Ligero. Eso fue y es lo relevante de su trabajo, que la ha llevado a obtener el Premio Jalisco de Periodismo en 2017 por su participación en el reportaje “Mitad de empresas fichadas por EU, en Jalisco”. Fue la responsable de llevarnos las imágenes en directo de las manifestaciones del 4 y 5 de junio por el caso de Giovanni López, la transmisión en vivo la vieron millones de personas, e incluso algunas cadenas de televisión internacional la reprodujeron. A su cargo está la fuente de seguridad en este diario y le ha dado seguimiento puntual a los casos de asesinatos de policías.
Ella ejerce el periodismo con pasión e inspira no sólo a quienes trabajamos en este medio. Ese jueves también logró unir al gremio para salir en su defensa y respaldo contra la horda que la atacaba.
Rubí me recordó las manifestaciones de odio en esta profesión, esos que tradicionalmente te aconsejan dejar pasar para hacer “lo políticamente correcto”. Ella, al contestar a sus detractores, le puso título a este capítulo que se llama: enfocarse menos en lo que otros piensan y más en qué y quiénes somos. Y de pasada, mandarlos al carajo.