“Resistencia y pasión, características de los jóvenes sobresalientes”: Nadia López
“Ser joven, es resistir, y ser joven indígena es resistir doblemente”
Nadia López -indígena mixteca oaxaqueña, Premio Nacional de la Juventud 2018-
Las palabras de algunos políticos y/o gobernantes pueden ser bien escritas por sus colaboradores y hasta mejor “prenunciadas” por los hombres y mujeres que se encuentran en el poder, pero difícilmente tendrán la pasión, sensibilidad y fuerza que le imprime una persona que literalmente ha “pasado las de Caín” para poder hacer que su voz sea escuchada al menos por unos cuantos, y atendida por otros que se dicen iguales, pero que actúan como si fueran superiores.
Al menos esa es la historia que nos transmite el sentimiento y pasión de una joven oaxaqueña -hoy egresada de la UNAM-, no sin antes haber pasado por todo el calvario que significa ser pobre en un país rico, como es el nuestro. Ser tan pobre que en ocasiones tienen que ocultar sus raíces indígenas para no ser agredidos de una y mil maneras, por los mestizos -que somos todos-, con nuestra actitud de seres superiores con los nuestros, y de “serviles” con los poderosos.
Nadia López es una joven indígena que el 15 de octubre recibió en Los Pinos el Premio Nacional de la Juventud, ceremonia en la cual nos compartió su visión, experiencias y anhelos acerca de lo que pueden esperar las nuevas generaciones si no ponen manos a la obra, si no buscan superarse “a como dé lugar”, si se quedan esperando a que alguien llamado autoridad les resuelva sus necesidades de más y mejores oportunidades para poder salir adelante.
El presagio que su voz denuncia en su participación no es nada alentador, y mucho menos ante los hechos que se vienen presentando luego de la decisión tomada por los mexicanos y en sus caso los jaliscienses el 1 de julio pasado, pues con la bandera de la democracia y la dizque preocupación por los que menos tienen, se han venido tomando decisiones -antes de tomar posesión-que avizoran un sexenio que puede sí, ser un parte aguas en nuestra gran nación, pero no necesariamente para bien.
Millones de jóvenes indígenas padecen todo tipo de necesidades, también existe un puñado que se han transformado en mestizos, que roban y lucran con su traje indígena y con sonetos en su lengua, que se han hecho cómplices de otros tantos que con la encomienda de velar por los intereses de los indígenas, prefieren lucrar con sus necesidades, de ahí proviene la rabia, impotencia y desesperanza que tienen que ser atendidas ¡ya! por todos los mexicanos.
APUNTE
Durante 300 años fuimos tratados como esclavos en nuestra propia tierra por esos hombres barbados que masacraron a nuestros antepasados, es tiempo de poner un hasta aquí a las injusticias.