Relevo legislativo
Con litigios pendientes en los tribunales electorales que pudieran cambiar de última hora la alineación definitiva de las futuras bancadas partidistas en el nuevo Congreso que inicia actividades el próximo viernes primero de noviembre, hoy tomarán protesta las y los nuevos 38 diputados, en la llamada Junta Preparatoria para la instalación de lo que será la LXIV Legislatura, que organiza la mesa directiva de la LXIII Legislatura saliente.
El último movimiento ordenado por los tribunales quitó una diputación al PRI y se la asignó al Partido Verde, con lo que desde el punto de vista aritmético, se rompió por unos días el empate 19-19, que muy forzadamente resultaba de sumar por un lado a los 11 diputados del partido Movimiento Ciudadano (MC), a los 5 del PAN y a los 3 del PRI, como un hipotético frente opositor a la bancada de Morena. Por esa decisión del Tribunal, la correlación de fuerzas entre estos dos eventuales polos políticos quedó con 18 curules de oposición contra 20 de Morena y aliados.
Sin embargo, ese acomodo se volvió a modificar ayer con el rompimiento que hizo Alejandro Puerto con la bancada de Morena, molesto porque no le habían cumplido acuerdos, entre los que seguramente incluía que le nombraran coordinador de la bancada guinda. Así, luego de autonombrarse “diputado obradorista”, dejó a Morena con 9 curules, el Verde que inicialmente tenía 2 subió a 3, 2 el PT, 2 Futuro y 3 Hagamos, con lo que la alianza cuatroteísta quedaría nuevamente con 19.
Con estas sumas y restas, la bancada emecista dejaría de tener la mayoría que mantuvo en el Congreso en las últimas tres Legislaturas, y que con sus aliados principalmente del PAN, convirtieron al Poder Legislativo en una simple oficialía de partes del Poder Ejecutivo. Ahora, desde el punto de vista numérico, con la actual legislatura se apagará la aplanadora naranja que funcionó los tres últimos años del finado gobernador priista Aristóteles Sandoval, y seis en la dirección que el gobernador Enrique Alfaro apuntara.
Este privilegio ya no lo tendrá el futuro gobernador Pablo Lemus, que junto con la bancada de MC que encabezará José Luis Tostado, tendrá que buscar de entrada tener de su lado a priistas y panistas, y luego tratar de romper el bloque de Morena y aliados.
Por otro lado, el líder de la bancada morenista, Miguel de la Rosa, que proviene del activismo magisterial en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), llegará con el revés de haber perdido a uno de los suyos y con el reto de mantener firme la alianza y desplegar la operación política necesaria para conseguir, de entrada, la conversión pretendida a Morena de algunos diputados y diputadas aliadas, para asegurar que la bancada de Morena se convierta por sí sola en la bancada mayoritaria.
Su segundo y permanente objetivo será mantener de su lado a las bancadas del Partido Verde, sobre todo a la recién llegada Lucía Michel, que es allegada al alcalde de Puerto Vallarta, Luis Munguía, y quien rompió con Morena en aquel municipio y fue de los primeros en reportarse con Lemus, pese a que el litigio de su correligionaria Claudia Delgadillo estaba vivo. Pero más aún, la fracción de Hagamos, que coordinará el exrector de la UdeG, Tonatiuh Bravo Padilla, y que con sus tres votos podría convertirse en el fiel de la balanza, con todo el poder de atracción de uno y otro bando que ello implica.