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Reforma y derrota de AMLO

El rechazo a la Reforma Eléctrica del Presidente Andrés Manuel López Obrador en la Cámara de Diputados, el domingo 17 de abril, permite numerosas lecturas. El análisis político del suceso, y todos los eventos que estuvieron concatenados, revela claramente no sólo el naufragio de la propuesta eléctrica de la 4T, sino también las fronteras en las que se moverá desde ahora el mandatario más popular del país.

Apenas una semana atrás, cuando en este espacio se propuso una revisión de López Obrador como ganador político del ejercicio de revocación de mandato, el horizonte en su futuro lucía mucho más amplio, pero los cambios son vertiginosos en buena medida, a causa de las decisiones que se toman en la oficina de la Presidencia.

Es cierto que el Presidente mexicano sigue siendo el político más popular, el mejor aprobado. No hay duda. Pero también es una verdad contundente que su círculo de influencia se ha reducido casi exclusivamente al ámbito de su movimiento político. Seguirá siendo el “hombre fuerte” en Morena y entre sus aliados; será quien decida a su sucesor y si en la revocación Claudia Sheinbaum Pardo fue la más aventajada, en la caída ha sido la única que levantó la voz junto con el mandatario para condenar a los “traidores”.

Hoy, después del rechazo a la reforma, por fin la oposición aprendió la lección: unidos sí pueden vencer al Presidente y detener sus decisiones. La teoría decía que podían hacerlo, pero en la práctica no lo habían conseguido ni una sola vez desde el triunfo aplastante de 2018. La alianza entre los cuatro partidos políticos en la Cámara de Diputados le da un nuevo y potente impulso a un proyecto político electoral con miras a 2024.

Por otra parte, en la caída la Reforma Eléctrica se cometieron muchos errores, algunos casi de colegiales y otros con una profunda raíz.

En primer lugar, ¿cómo y por qué se decidió que se adelantaría la votación de la Reforma Eléctrica y no se apostó por llevarla al pleno hasta pasadas las elecciones de junio próximo? ¿Quién o quiénes aconsejaron esa apuesta? El mismo Presidente López Obrador pasó en unos pocos días, de una postura triunfalista en la que aseguraba que “incluso algunos diputados del PAN” podían votar a favor de su propuesta, a una posición derrotista en la que anunció un premio de consolación “por si había una traición”: presentar una reforma a la Ley de Minería que, como ya ocurrió este lunes 18 de abril, se aprobó con la mayoría simple que tiene su bloque.

Este tipo de reformas debe operarse; se requieren personajes con conocimiento y contacto entre las fuerzas políticas; exigen negociación, y fue precisamente el elemento ausente: todo se resolvió en medio de una extrema y patética polarización.

¿Quiénes fallaron: Adán Augusto López, Mario Delgado, Ignacio Mier? ¿El Presidente?

En este escenario, a Morena no le sirvieron su mayoría ni sus aliados; exhibieron, eso sí, la improvisación y el desconocimiento que ahora intentan esconder con su acusación de “traidores a la Patria”.

Conclusión: el Presidente es derrotable.

jonasn80@gmail.com / @JonasJAL

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