Reforma educativa
El licenciado Aurelio Nuño, fracasó en su misión de aplicar la Reforma Educativa, eso le costó que el Presidente Enrique Peña Nieto, lo eliminara de los candidatos a sucederlo. Nuño no tomó en cuenta a la maestra Elba Esther Gordillo, quien desde su claustro continúa manejando al grupo disidente de la SNTE.
La base del crecimiento y prosperidad de un país reside en la educación de sus habitantes. Para hacer efectiva una Reforma Educativa se requiere de la implementación de políticas educativas emanadas de una legislación impuesta por el Estado para garantizar su aplicación.
Se requiere además, de un órgano que armonice y evalúe el conjunto de políticas debido a la gran diversidad que caracteriza a los habitantes de nuestro país, en donde hay más de dos millones de indígenas que hablan una gran diversidad de lenguas.
Desde 1921, en que José Vasconcelos, primer Secretario de Educación Pública, estructuró el sistema educativo nacional, no se había intentado una reforma a fondo. Desgraciadamente no se tomaron en cuenta diversos aspectos que la hicieron fracasar, como es el factor humano, que es reacio al cambio y a renunciar a sus privilegios, lo cual debió resolverse antes de aplicar la reforma pero se estimó en forma optimista que, simplemente con meter a la cárcel a su líder todo vendría por añadidura, y ya vimos que no fue así.
No se ha trabajado en el servicio profesional docente, tanto en la educación primaria como en la secundaria, el bachillerato y universitaria
En el transcurso de estos 97 años ha habido varios intentos por mejorar el sistema educativo. De 1921 a 1942, surgió el Proyecto de Educación Rural e Indígena; de 1934 a 1942 el Proyecto de Educación Socialista impulsado por Lázaro Cárdenas; Adolfo López Mateos estableció el Plan de Once Años y logró un crecimiento sostenido del gasto educativo y el libro de texto gratuito y Luis Echeverría impulsó la educación superior.
En todo este tiempo no se ha trabajado en el servicio profesional docente, tanto en la educación primaria como en la secundaria, el bachillerato y universitaria, no se ha establecido la obligación de capacitar al magisterio. La pedagogía es toda una ciencia que obliga a estudiar para aprender y estudiar para enseñar. En el pórtico de la Universidad de La Habana, Cuba, me llamó la atención un letrero que dice: “En esta Universidad se enseña a aprender y se enseña a enseñar”.
Se requiere que desde nuestra Constitución se reforme el Artículo Tercero para que se establezca la obligación de crear un servicio profesional docente, como el servicio civil de carrera que al mismo tiempo que obliga a la capacitación de los maestros, les asegura su permanencia, ascensos y jubilación.
Así mismo, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación debe llevar a cabo las tareas que permitan apreciar el desempeño de la autoridad para que la evaluación sea una práctica permanente. Para esto debe estar investida de autoridad para constituirla como un órgano superior de Gobierno, independiente de la Secretaría de Educación Pública, cuya función se limite a asignar y suministrar los fondos presupuestados y así mantener al sistema educativo al margen de influencias políticas.