Reflexionar sobre el 8M
En el día de la mujer, es fundamental recordar que no se trata de un día de felicitaciones, sino de reflexionar sobre el significado y la necesidad de visibilizar las jornadas que se desarrollan en el marco de este día.
No se trata de “celebrar la existencia de la mujer”, sino de reconocer las realidades que muchas de ellas enfrentan en todo el mundo, especialmente en un contexto donde la violencia de género ha alcanzado proporciones alarmantes. Cada día, somos confrontadas con cifras escalofriantes: en México, por ejemplo, se registra un promedio de 10 mujeres asesinadas violentamente por situaciones de género, que en la mayoría de los casos comenzaron por ofensas.
Sin embargo, estas cifras son solo la punta del iceberg, ya que existen muchas otras mujeres quienes sufren violencia en silencio, temiendo por su seguridad o desconfiando de las instituciones encargadas de protegerlas.
El acoso sexual es otro ejemplo doloroso de la realidad que muchas mujeres enfrentan a diario. Minimizado como presuntos "halagos", el acoso sexual puede traer consecuencias graves para la salud mental y emocional de las víctimas. Desde cambiar sus rutas habituales hasta desacreditar su propio cuerpo, el impacto del acoso sexual va mucho más allá de las palabras o acciones de los agresores, y es esencial que reconozcamos la gravedad de estas situaciones y nos comprometamos a combatirlas de manera activa y efectiva.
Sin embargo, este día también es una oportunidad para celebrar los logros y la resiliencia de las mujeres en todas partes, de aquellas que lograron salir de sus ciclos de violencia, de aquellas quienes poco a poco van logrando lo que se proponen, por sus propios méritos.
Es una ocasión para reconocer el trabajo incansable de aquellas que luchan por sus sueños, que cuidan de sus familias, que se apoyan mutuamente en momentos difíciles. Desde las mujeres que lucharon por derechos laborales en el pasado hasta las que continúan luchando hoy por un presente y un futuro más igualitario, cada una contribuye de manera significativa a un movimiento más amplio hacia la igualdad de género.
Es importante reconocer la diversidad de experiencias y luchas individuales que cada mujer enfrenta. Desde las mujeres que luchan contra la discriminación en el lugar de trabajo hasta aquellas que luchan contra la violencia doméstica en sus propios hogares, todas tienen una historia que merece ser escuchada y respetada. Es en la diversidad de nuestras experiencias y perspectivas donde encontramos la fuerza para impulsar un cambio real y duradero.
Este día también es una oportunidad para recordar a las mujeres que han sido víctimas de la violencia de género y para renovar nuestro compromiso de luchar por aquellas que aún están en peligro. Cada mujer desaparecida, cada vida perdida debido a la violencia de género, es una tragedia que no podemos ignorar ni olvidar. Es nuestro deber como sociedad hacer todo lo posible para proteger a las mujeres y garantizar que puedan vivir vidas libres de violencia y discriminación.
Una vez más, en el marco del Día Internacional de la Mujer, vayamos a la reflexión, la solidaridad y la acción. Que este, y todos los días sean un recordatorio de que aún queda mucho por hacer en la lucha por la igualdad de género, y que por supuesto no sea el único día para visibilizar los logros y la resiliencia de las mujeres en cada una de sus luchas y en todas partes. Juntas, podemos construir un mundo más justo y equitativo para todas las personas, independientemente de su género.