Ideas

Redundancias

Lo he dicho una y otra vez y lo repetiré hasta el cansancio, incluso podría afirmarlo ante el Señor Presidente:

Ni la renovación de nuestro mundo, ni la transformación de nuestra sociedad serán un hecho si no se cambian los parámetros.

La Reforma educativa se esfumará en el aire si no hay renovaciones de fondo. No será suficiente un documento, una declaración repleta de buenos deseos si se queda tan sólo en eso, es decir, si no hay cambios verdaderos…

Mientras no lleguemos a comprender que lo básico no está en la economía, ni en el petróleo, ni en seguir cubriendo de cemento -o de concreto- nuestros espacios, nada sucederá.

Es preciso ir al meollo de una situación que constantemente se nos escapa de las manos:

La verdadera solución está en cultivar la mente y el corazón de cada persona. Ciertamente hay que empezar por los niños, ¿qué les estamos dando? ¿con qué los estamos alimentando? Y no me refiero únicamente a la comida que nutre su cuerpo sino a lo que llega a su pensar y sentir…

Porque el ser humano no es unidimensional.

Es la mente la que crea imágenes, las elabora, las procesa, las transforma y allí mismo cobran vida.

Hace poco escuché que la mente humana tiene capacidad para unos 60,000 pensamientos diarios, pero en la actualidad, yo creo que cualquiera de nosotros citadinos, tenemos un atasco en las carreteras neuronales. No logramos procesar, analizar y discernir entre lo que nos sugieren las imágenes y palabras que vemos y escuchamos.

Alimentar la mente es importante para cultivar y elevar el pensamiento.

Tendríamos que aprender a leer los signos de los tiempos y las señales de la naturaleza como lo hacían nuestros ancestros.

Lo mejor sería enseñarlos a leer antes que a ver TV y a navegar por los ciber-espacios que nos invaden actualmente. Leer libros apropiados, motivadores, constructivos, porque también hay lecturas que llenan el cerebro de basura.

Es necesario, como dijo el C. Secretario Esteban Moctezuma Barragán:

…que la función de “los medios de comunicación no sea solamente la de ver, informar y reportar sobre lo que hace la autoridad educativa, sino que sean parte del esfuerzo educativo que requiere nuestro país, y que sean actores, también, de este cambio educativo que requiere la participación de todos”.

Hay programas desastrosos ¿por qué? ¿porque a la gente le gusta? Porque venden, o porque no hay más?

Y también hay noticias que son más cortinas de humo que informaciones válidas.

Que limpien los espacios del aire, o sea las transmisiones y se nos limpiará la mente… porque que es allí donde germinan las ideas, los pensamientos que luego se traducen en acciones.

Exigir a la TV buenos programas ¿Dónde se fueron aquellos que repercutían como ejemplo incluso en otras naciones? ¿Por qué permitimos que nos den alimentos nocivos para nuestra mente?

Bien, podría seguirle hasta el cansancio… y sugerir que sí, el deporte, la cultura y el arte… y que además enseñen manualidades a los niños desde pequeños.

Recordemos que sólo el ser humano sabe utilizar las manos, para elaborar y transformar lo que hay en la naturaleza.

Sigamos soñando que nuestro México puede ser mejor si unimos ideales y esfuerzos, confiando además en la ayuda y la gracia de nuestro Padre Dios.

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