Recompensa
Cinco inviernos tuvo que esperar Fernando Alonso para regresar al escalón más alto dentro del automovilismo mundial.
El asturiano consiguió la victoria en su debut dentro del Campeonato Mundial de Resistencia en el legendario trazado de Spa-Francorchamps. Su victoria a bordo de un dominante Toyota, y sin la competencia de Porsche en el serial, dan pie a opiniones negativas para el piloto.
Mucho se ha criticado la capacidad de Fernando al tomar decisiones sobre su carrera deportiva, argumentando las dificultades personales que Alonso permea en los fosos, sin embargo su talento nunca ha estado bajo el escrutinio. La velocidad de Fernando es uno de los pocos temas en donde toda la parrilla encuentra un punto en común.
Durante las tres últimas campañas en el máximo circuito, Fernando ha sobrevivido de promesas, promesas de Honda y de su escudería. Aunque lejos de poder competir por la punta en un Gran Premio, 2018 y Renault dan esperanza al veterano piloto de poder regresar a la competencia y buscar su tercer título del mundo.
Detractores podrán argumentar cualquier pretexto para demeritar al piloto, pero no es fácil migrar de monoplazas a prototipos y mucho menos en Spa. La victoria del asturiano sirve poco para su esfuerzo en Fórmula Uno, pero es invaluable para el estado mental y de ánimo de un piloto que muestra con su ambición, hambre y disciplina lo que representaba un gladiador en décadas pasadas.
Reitero mi inconformidad ante la negligencia por parte de aquellos que tomaron la decisión de aprobar que Pietro Fittipaldi tomara parte en este campeonato, pero aplaudo el éxito de Alonso tan sólo por la diferencia de edad y experiencia entre pilotos. Fernando acordó formar parte del equipo Toyota del Campeonato Mundial de Resistencia para aprender y ganar experiencia previo a su verdadera ambición, las 24 horas de Le Mans. Dos campeonatos del mundo y el respeto generalizado en el mundo motor generan una mentalidad muy diferente a la de un veinteañero con la urgencia de impresionar.
En fin, creo que esta es una victoria merecida y necesaria para Fernando. Por experiencia recuerdo la frustración de tener disponibles las herramientas para competir; el Campeonato Mundial de Resistencia y su formato es el desagüe perfecto para que el asturiano conserve paciencia y serenidad para que cuando las condiciones se presten en la Fórmula Uno, de nuevo esté listo para amenazar a los tetracampeones.
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