Reality bites
El fin de semana se desbarrancó con dos malos momentos para los pilotos mexicanos, Sergio Pérez y Patricio O’Ward, en la cúspide del automovilismo, el gran día de las joyas de la corona.
La esperanza de que “Checo” pudiera defender el triunfo de hace un año en Mónaco se diluyó muy rápido, porque el error vino apenas en la primera vuelta, de la primera fase de calificación, justo en la primera curva.
Como saldo de este costoso lance, admitido por el propio Pérez como un grave error propio, es que en el campeonato mundial de pilotos ha quedado con casi 40 puntos de desventaja contra Verstappen.
Como es de esperarse, la misión de sostener el ritmo está más complicada que nunca y no hemos llegado a la mitad del campeonato.
Criticar desde fuera de la cabina de un Fórmula Uno es muy sencillo, pero justificar también y desde luego se entiende que el piloto tapatío está involucrado en una situación de mucha presión dentro del equipo, sin embargo, cada vez que se aleje más en los puntos la presión continuará creciendo .
No se trata ahora de salvar el año, porque “Checo” ha demostrado que el potencial está ahí, sino que tendrá que ganar carreras para mantenerse en donde el equipo lo necesita, que es peleando el campeonato.
En la otra carrera, la otra joya de la corona, las 500 millas de Indianápolis, Patricio O’Ward levantaba la mano para obtener el fin de semana más importante de su vida con amplias posibilidades de triunfo.
Sin embargo, vino una mala decisión y al atacar a Marcus Ericsson por dentro el regiomontano término el sueño de Indy 500 contra el muro.
Se elogia por supuesto la gran calidad y el empuje de Patricio, pero tendrá que aprender la lección para enfrentar las 500 millas con más madurez y mientras tanto, lo mismo que Pérez, reencontrarse con los triunfos y seguir peleando por el campeonato de IndyCar.
Literalmente, la realidad mordió este domingo.