Reafirmar la identidad
Una de las claves más interesantes de saber gozar la vida, consiste en tener la seguridad en sí mismo, que se obtiene al afianzar la persona que eres, sin creerte ni más ni menos que nadie.
Cuenta también, que ya no se necesite de la adulación, el reconocimiento o la aprobación de los demás. Te aceptas tal y como eres, sin tener que estar buscando que te valoren y aprecien.
Somos el resultado de nuestro pasado genético y cultural, que no lo hemos decidido. Por lo que nuestra más clara identidad, emerge de lo que decidimos aceptar de nuestros ancestros y del entorno en el que hemos crecido. Por lo que reafirmarnos, implica quedarnos con lo que nos parece lo mejor y desechar lo que ya no nos gusta.
Tener una firme convicción de quién eres, te impulsa a incrementar tu seguridad, para realizar aquello que quieres.
Digamos que es una reingeniería de tu personalidad, pero que ejecutas en forma consciente y voluntaria. Lo que facilita el camino para transitar, frente a los problemas de la vida, ya sin el temor a equivocarte y a las posibles críticas de las personas que te conocen.
Ya eres como quieres ser, dentro de las posibilidades que tienes a tu alcance, dejas de compararte y reconoces, con sencillez y honestidad, tus defectos y cualidades. Ahora sí que ya no intentas aparentar o fingir nada.
La identidad te da una claridad mayor, al dejar de ser uno más de la masa amorfa y sin individualidad, que se comporta como borrego, al ritmo de las modas y las tendencias que circulan en el ambiente. En pocas palabras, dejas de ser una veleta al ritmo del vaivén de los vientos.
Muchas de las innovaciones de las ciencias humanas, proponen que se tienen más ventajas, para alcanzar una mayor calidad de vida, a las personas que conquistan su identidad y dejan de ser dependientes y sumisos con las exigencias del mundo consumista y comercial.
Más autonomía e independencia, aseguran sentirse mejor consigo mismo, que vivir esclavizado a satisfacer lo que los demás pide que seamos.