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“Ratificación” de mandato, otra trampa de la 4T

La idea de promover una revocación de mandato con la premisa “el pueblo pone y el pueblo quita” fue planteada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hace 15 años, desde su primera campaña presidencial en 2006. Luego de ganar la elección en 2018, entregó documentos con el mismo propósito que se constituyó en una de sus más reiteradas promesas electorales. En 2019, ya bajo su égida, se aprobó la reforma que en el artículo 35 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos establece la revocación de mandato. Y justo cuando se está en el límite de los tiempos marcados para llevar a cabo este ejercicio, AMLO y miembros de la Cuarta Transformación utilizan sospechosa y perversamente la figura de “ratificación” de mandato en lugar de “revocación”.

En ciudades de la República Mexicana se han comenzado a instalar mesas receptoras de firmas para invitar a la ciudadanía a participar en la “ratificación” de mandato presidencial, figura que no existe en el marco legal mexicano.

La imagen impresa de López Obrador aparece en lonas, mantas, carteles y demás publicidad que se está usando en las mesas receptoras, con el hashtag #QueSigaAndresManuel y leyendas como: “firma aquí para que inicie el proceso de ‘ratificación’”; y “Firma aquí la ‘ratificación’ de mandato de AMLO”.

Este engaño es orquestado por integrantes de la Cuarta Transformación con el visto bueno del presidente Andrés Manuel López Obrador, y tiene como operadores a militantes de Morena bajo instrucciones precisas de su líder, Mario Delgado, quien el pasado 30 de octubre, en el marco del Consejo Nacional de su partido, sostuvo que no hay mayor prioridad para el instituto político que promover la consulta de “ratificación del mandato” del presidente Andrés Manuel López Obrador.

La revocación de mandato es una figura democrática que busca que los ciudadanos decidan si un funcionario electo para cierto periodo continúa en su encargo o no a través de una Consulta Popular. En la reforma al artículo 35 Constitucional, apartado 8 Fracción IX, se establece que esta consulta sólo se podrá pedir una vez cada sexenio y tendrá que solicitarse por los ciudadanos durante los tres meses siguientes a la conclusión del tercer año de gobierno. Señala además que se requiere el 3% de ciudadanos inscritos en la lista nominal y este porcentaje debe ser de al menos 17 entidades del país. El periodo de captación comprende del 1 de noviembre al 15 de diciembre de 2021.

Luego entonces, la convocatoria que hace el gobierno federal y el partido Morena es tramposa, primero porque confunde a la ciudadanía al convocar a una ‘ratificación’ y segundo, porque no es el pueblo el que pide la consulta sino el propio presidente.

El objetivo de AMLO sería lograr una doble legitimidad como presidente, derrotando no sólo a los partidos de oposición, sino a empresarios y líderes de opinión en su contra, dos años antes de iniciar un nuevo sexenio, algo que sin duda fortalecería a Morena y a su candidato de cara a las próximas elecciones presidenciales.

Pero las trampas no terminan ahí, ya que para culpar al Instituto Nacional Electoral (INE) y provocar su desaparición, los diputados del partido en el poder junto con sus aliados en la Cámara de Diputados, le asestaron un duro golpe la semana pasada al aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación 2022 (PEF) con una disminución de alrededor de 5 mil millones de pesos, lo cual complica no sólo la realización de la consulta, la cual tendría un costo de casi 4 mil millones de pesos, sino también las elecciones para gobernador en seis entidades que deberán celebrarse el año entrante.

opinión.salcosga@hotmail.com

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