Quieren cerrar la economía
Es fácil criticar el desempeño económico de México después de la severa crisis de 1982, cuando el excesivo gasto público y endeudamiento gigantesco, aunado a un José López Portillo todopoderoso que se resistía a escuchar los repetidos avisos de los mercados.
Decir que la apertura comercial ha fracasado porque el promedio de crecimiento económico del país desde los años noventa hasta el 2018 fue del 2.4 por ciento anual, es no querer ver cómo dejó Luis Echeverría y López Portillo, la economía nacional.
México quedó tan maltrecho, sumido en el descredito internacional, ahogado en deudas y empobrecido con una inflación de más del 100 por ciento, que los siguientes gobiernos se dedicaron, con mil y un problemas, a arreglar el tiradero que dejó el último de los “gobiernos de la Revolución”.
La gran apuesta para modernizar finalmente la economía nacional fue precisamente la apertura comercial. Abrir las fronteras comerciales a la principal potencia económica obligaría, por las buenas o por las malas, a que la economía nacional se modernizara.
Y por supuesto, a que los sectores atrasados o que vivieron protegidos por la economía cerrada, se modernizaran o desaparecieran. La apertura fue brutal y por supuesto que hubo muchos afectados por dicha transformación económica. Recordemos que la economía nacional tenía sectores productivos nacionales en los años 80´s y 90´s que al no poder competir y sobrevivir, simplemente desaparecieron o fueron vendidos en partes a los extranjeros.
México vivió una traumática transformación de un país cerrado a uno abierto. Y esta transformación, se convirtió en la principal palanca de desarrollo de una buena parte del país, sobre todo del norte, centro y del occidente. Basta dar un vistazo al sureste y darse cuenta lo que le pasó a la parte del país que no se subió al barco de la apertura: simplemente fue dejada de lado, empobrecida y empequeñeciéndose.
Se podrá decir que las promesas de un despegue económico nunca ocurrieron o que la entrada de México al primer mundo que prometía Carlos Salinas fue un fiasco. Pero, a pesar de todos los defectos que tuvo, la apertura comercial del país se convirtió en la base de un proyecto modernizador.
No solo nos convirtió en un país capaz de recibir cada vez más y mejor inversión extranjera, sino que claramente hay zonas completas de México que tienen su nivel de vida, gracias al éxito comercial y exportador.
¿Qué sería de Jalisco, de Guanajuato, de Aguascalientes, de San Luis Potosí o del mismo Nuevo León sin el acceso al principal mercado del mundo que son los Estados Unidos?