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¿Qué tiene que ver la elección de Estados Unidos con nosotros?

Históricamente, México mantuvo una postura distante frente a su vecino del norte. Sin embargo, desde mediados del siglo XX esta dinámica fue cambiando, impulsada principalmente por la migración creciente de mexicanos hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades y por los cambios en la geopolítica global. Si bien el discurso antiestadounidense ha disminuido en la retórica oficial mexicana, el verdadero cambio ha sido el papel crucial que los migrantes mexicanos y las relaciones económicas derivadas del Tratado de Libre Comercio (TLCAN) han desempeñado en ambos lados de la frontera.

Actualmente, más de 38 millones de personas de origen mexicano residen en Estados Unidos, consolidándose como la minoría más numerosa del país. Y el 80% de las familias en México tiene algún familiar en los Estados Unidos. Esta presencia no es únicamente demográfica; su impacto en la economía, la política y la sociedad estadounidense es innegable. En estados como California, Texas, Illinois y Nevada, los votantes de origen mexicano tienen una influencia decisiva en elecciones tanto locales como federales. Además, la diáspora mexicana ha transformado profundamente la identidad cultural de ciudades clave como Los Ángeles, Chicago y Houston. Esta creciente influencia ha obligado a los candidatos estadounidenses a modificar sus posturas y reconocer el poder del voto latino.

No obstante, el impacto de este hecho no se limita a la migración. Las remesas enviadas desde Estados Unidos son un componente esencial de la economía mexicana. En 2023, México recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, rmás del 4% del PIB. Este flujo financiero es vital para millones de familias mexicanas, funcionando como un amortiguador frente a la desigualdad.

La política interna estadounidense también tiene repercusiones directas para México. La elección de Donald Trump en 2016 marcó un punto de inflexión, con sus políticas antiinmigrantes y la renegociación del TLCAN subrayando la vulnerabilidad de México ante las decisiones tomadas en Washington. Como muestra, hay que decir que actualmente alrededor del 85% de las exportaciones mexicanas están dirigidas a Estados Unidos, lo que significa que cualquier cambio en la política comercial estadounidense tendrá un impacto directo en la economía mexicana.

Con una de las elecciones más disputadas de la historia reciente de Estados Unidos en el horizonte, temas como la migración, el tráfico de drogas y el comercio vuelven a estar en el centro del debate. A pesar de ser considerados asuntos internos, México juega un papel en estas discusiones. Además, el comercio no es el único asunto en juego. La seguridad también representa un desafío compartido. Las crecientes tensiones globales entre Estados Unidos y potencias como China o Rusia colocan a América del Norte en una posición estratégica, donde México desempeña un rol clave. Problemas como el tráfico de personas, armas y drogas afectan tanto al norte como al sur de la frontera. Dado el aumento de la inseguridad en México, la coordinación en materia de seguridad entre ambos países será crucial en los próximos años. Lo que está sucediendo en Sinaloa y otras partes de México en donde los grupos criminales tiene en jaque a las autoridades locales es un desafío ineludible que es observado desde el Norte.

Es tentador suponer que la victoria de Donald Trump sería desastrosa para México y que un triunfo de Kamala Harris sería favorable. Sin embargo, la realidad es más compleja. México no necesita un líder estadounidense complaciente, sino una relación estratégica y sólida que beneficie a ambas naciones a largo plazo. Fortalecer los acuerdos comerciales, gestionar de manera efectiva la migración y coordinar los esfuerzos de seguridad regional son tareas urgentes que deben ser abordadas con seriedad y transparencia ante la sociedad. Lo que está en juego afecta directamente la vida de millones de personas en ambos lados de la frontera. Las soluciones solo serán eficaces si se discuten de manera abierta y transparente ante la ciudadanía. Un diálogo franco y basado en el conocimiento mutuo es esencial para garantizar que los intereses de ambas naciones sean equitativamente representados.

La elección en Estados Unidos no solo influirá en la vida de millones de mexicanos residentes allí, sino que también definirá el futuro de nuestra relación bilateral en áreas clave para nuestro país. Por ello, debemos estar atentos y preparados para los retos y oportunidades que surgirán del proceso electoral en nuestro vecino del norte. Es que estos temas se aborden con claridad, transparencia y de cara a la ciudadanía. 

luisernestosalomon@gmail.com

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