¿Qué sigue para los rojinegros?
Estamos a unas semanas de que se cumplan cinco años de que Grupo Salinas comprara al Atlas, y más de alguno tendrá la necesidad de reflexionar sobre lo que ha ocurrido en este tiempo. Cinco años han transcurrido, y pese a que un principio se dijo una cosa, lo cierto es que la situación dista mucho de lo que se prometió aquel día.
Lo sucedido en este lapso está reflejado en el presente torneo, al que solo le restan tres fechas. Tras el partido ante Necaxa, el Zorro abandonó el sótano y se colocó 17 en la tabla general, con la nula posibilidad de clasificar a Liguilla, con apenas nueve puntos en 13 partidos y 10 goles en la bolsa. Si acaso, a lo único a lo que podría aspirar es a no seguir perdiendo, a no acabar sumido en la vergüenza.
Afuera, el aficionado piensa lo que se debería hacer, las modificaciones que debería emprender la directiva encabezada por Gustavo Guzmán y Rafael Márquez, esperando que en realidad se pretenda enmendar el camino planteando un diferente panorama para que al menos le regrese el gusto de ver a su equipo jugar futbol.
En el verano, el ex director deportivo Fabricio Bassa vendió y prestó a jugadores a diestra y siniestra. Le dio salida a algunos defensas, sus dos porteros, algunos mediocampistas y a su goleador. A cambio, prometieron la pelea por el título con un atacante repatriado y al que anteriormente no le habían salido bien las cosas, otros improvisados, y unos más desconocidos a los que se les dio la confianza tras haber tenido grandes temporadas en Europa y Sudamérica.
Se apostó al trabajo de los juveniles, y de su novato entrenador. Pero el tiro les salió por la culata, y a media campaña cesaron a su técnico y no se había marcado un solo gol; en cambio, se habían recibido algunos tantos en contra y se reposaba allá, en la sima (fondo) de la clasificación, lejos del título que según Guzmán debería llegar en menos de un año.
Ángel Guillermo Hoyos llegó con la intención de sacar al equipo del fondo, y pese a que el estilo de juego no ha sido para nada brillante, se han sumado algunos puntos y han comenzado a caer las anotaciones.
Sin embargo, la situación debe replantearse y dejar en claro qué se pretende hacer con el equipo, porque si bien es cierto que han hecho creer que la apuesta seguirá siendo la de formar jugadores, también lo es que ello conllevaría a seguir siendo un equipo de media tabla hacia abajo para invertir en Fuerzas Básicas, por lo que ese protagonismo tan prometido seguiría siendo una ilusión, sobre todo para la gente que lo que esperaría es que al menos no se siga fingiendo interés y vendiendo más humo.