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¿Qué prefiere la sociedad, partidos políticos o gente en acción?

En medio de una encarnizada lucha por crear nuevos partidos políticos (la mayoría de ellos apéndices de los que ya existen) la sociedad mexicana habrá de decidir este año si prefiere contribuir a la formación de nuevas entelequias que implican un importante gasto de nuestros impuestos o decide seguir optando por las llamadas ONG, o sociedades civiles, que implican una mayor participación comunitaria y que en los últimos tiempos han ofrecido mejores resultados a la población.

Las ONG se han venido reproduciendo desde hace por lo menos dos décadas, con luchas de lo más disímbolas, que buscan atender todos los segmentos de la población que generalmente las instituciones públicas y los propios partidos políticos suelen ignorar. El hartazgo de la gente y la propia necesidad ha ido concientizando paulatinamente a la población, de la necesidad de participar en la solución de los problemas y hacerlo en unión de otras personas que generalmente padecen de la misma necesidad y/o se conduelen de aquellos que no pueden hacer nada –dada su condición de vida- y optan incluso hasta por dejarse morir.

Esto no quiere decir que entre las múltiples ONG que han surgido no se hayan infiltrado personas sin escrúpulos que lejos de ayudar a los demás, también se han aprovechado, pero sin duda alguna, sus aportaciones son bienvenidas.

En el caso de los partidos se dice que implican un mal necesario, de hecho, en una democracia son instrumentos fundamentales, empero, con los ya existentes en nuestro país, más los que amenazan con constituirse para poder participar desde ya en las próximas elecciones del 2021 –y en la bolsa económica destinada a los mismos-, los recursos destinados contribuirían a consolidar nuestra democracia como una de las más caras del mundo, lo que aunado al cero crecimiento económico (o menos cero), favorecería a acrecentar la crisis que se vive en la actualidad, con todo y que los seudoprogresistas del Gobierno dicen tener muy buenas intenciones a favor de los que menos tienen, pero sus acciones sólo han logrado convencer a unos cuantos de los beneficiados, casi todos ellos improductivos.

Los oportunistas de siempre, más los surgidos ante las nuevas circunstancias que se viven, pretenden mantenerse allegados a la nómina, aunque para ello se tengan que disfrazar del color que sea necesario, o lo que es lo mismo, se manifiestan a la orden del mejor postor, pues la ideología o principios morales han quedado fuera de sus expectativas.

APUNTE

La evolución de la humanidad es sabia en sus enseñanzas, de ahí que nos demuestra que sólo cuando los seres humanos unimos nuestros esfuerzos y nos mostramos solidarios hemos podido avanzar, aunque por otro lado, también nos debe de quedar claro que somos prácticamente los únicos que tropezamos dos veces con la misma piedra.

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