¿Qué más se nos ocurre puede hacer el ejército?
Pasado un mes de la toma de protesta del nuevo presidente ya hay claramente 4 áreas en las que participarán o continuarán participando las fuerzas armadas del país, a saber:
1. Combate al crimen organizado. Esto, desde que el que escribe tiene memoria ha venido ocurriendo, aunque evidentemente en la administración de Calderón se amplió y sobre todo recibió mucho reflector, continuando Peña con la esencia del programa – no así su publicidad.
2. Combate a otra clase de delitos. Con la pretendida creación de la Guardia Nacional se busca la participación de las fuerzas armadas en el combate a otro tipo de delitos, normalmente del fuero común.
3. Control sobre los energéticos. Sea porque hicieron mal las compras de gasolina en aras de una “soberanía” energética y además se les murió una gobernadora y un ex gobernador a quienes se acusaba de vínculos con los huachicoleros, o porque de pronto – sin que nada de la campaña política lo hubiera previsto particularmente – se tomó la decisión de que uno de los principales males era el huachicoleo, el caso es que las fuerzas armadas han tomado control de instalaciones de PEMEX, refinerías y centros de distribución.
4. Construcción de aeropuertos. Con la cancelación del NAICM y la obstinación de construir en Santa Lucía, se le ha encomendado al ejército la construcción de dicho aeropuerto.
Esto de sí supone un aumento significativo en las funciones de las distintas fuerzas armadas; no en vano se pretende que la Guardia Nacional, que suena muy militar pero que según eso no va a ser, aumente las fuerzas en 50 mil efectivos. Pero habrá que preguntarse, dada la afición que empezamos a mostrar porque se involucren más y más en la vida civil del país, si es que acaso no podemos darles todavía mucho más influencia.
Así uno puede pensar que, como existe corrupción en el Seguro Popular, IMSS, ISSTE y en otras dependencias y secretarías de salud se pudiera suplir a todas estas por los hospitales militares – cuyos médicos suelen tener buena fama. Más barato y menos corrupción ¿no?
Ahora, otro de los grandes males que aflige a este país es la defraudación fiscal, y nadie negará que pese a que el SAT hace cada día mas difícil la creación, operación y disolución de empresas, el uso de empresas fantasma para burlar impuestos se encuentra muy extendido, lo que, con la experiencia del huachicol solo podía ocurrir con la colusión de los funcionarios. Por ello qué tal si le damos al ejército o la marina la facultad de fiscalizar y sancionar a las empresas, así garantizaríamos el ingreso justo de los impuestos.
Sí, entiendo que el argumento esta muy exagerado, pero el fondo del asunto es que quien esté en el gobierno cada día está entregando más y más facultades a las fuerzas armadas. Ya pasó con el PAN, con el PRI y ahora con MORENA, y los argumentos que daban los calderonistas, pidiendo paciencia son los mismos que usan ahora los nuevos adoradores de las fuerzas armadas. No funcionó con Calderón, no funcionó con Peña y lo más seguro es que no funcione con López