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¿Qué dirá el electorado del desacato presidencial?

Sancionarán o no las y los electores el desacato constitucional del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de no intervenir y mantener una postura imparcial durante los procesos electorales, como lo hizo en el actual proceso electoral y en las elecciones intermedias de hace tres años. 

Esa es otra de las incógnitas que se despejará en las urnas el próximo domingo, y que le da un triple rasgo plebiscitario a las más grandes elecciones de la historia del país, junto con la ratificación o no de los electores, de no permitir la reactivación de la aplanadora de Morena y sus aliados en el Poder Legislativo, como decidió la mayoría en el proceso electoral del 2021. 

La elección del domingo próximo también será, desde la perspectiva federal y ese es el tercer rasgo plebiscitario, un gran referéndum de la población para aprobar o no al Gobierno de la autollamada cuarta transformación.

Como para suplir sus ruedas de prensa mañaneras de hoy y de mañana que suspendió por el fin de las campañas electorales y el inicio de la veda electoral de cara a las elecciones presidenciales, AMLO incrementó su activismo político, que mantuvo prácticamente todo su sexenio, los últimos tres días. 

El Presidente simplemente ignoró las más de 30 medidas cautelares emitidas por la Comisión de Quejas del INE por hacer campaña desde su púlpito mañanero en favor de su movimiento. Aún así, ayer su titular Guadalupe Taddei se atrevió a afirmar que esas amonestaciones influyeron para suspender sus mañaneras hoy y mañana.

La narrativa presidencial cerró vendiendo, pese a los asesinatos de aspirantes de principio a fin de las campañas, que serán las elecciones más limpias y pacíficas de la historia, asegurando que los tiempos de los fraudes y de la democracia simulada de los tiempos neoliberales se acabaron para dar paso a la democracia del pueblo que se debe cuidar no dejando llegar de nuevo a la “oligarquía”. 

Es claro, pues, que López Obrador violó, como en el proceso electoral del 2021, las reglas electorales que él mismo impulsó como opositor luego del 2006 que reclamó fraude electoral y la intervención presidencial a favor del entonces candidato oficial, Felipe Calderón. 

Por eso, el Presidente terminó ayer como el principal entusiasta y propagandista del proyecto morenista desde su rueda de prensa mañanera, desde donde se convirtió en el más severo crítico de la autoridad electoral, que habrá que decirlo, nunca pudo, ni en tiempos de Lorenzo Córdova, meter en cintura a López Obrador.

Tampoco lo pudo hacer el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), y ahora menos que ambas instituciones están con altos grados de cooptación de parte de la 4T.

Así, al Presidente más popular y poderoso de la historia política reciente del país sólo le queda la aduana del electorado para saber si logró burlar impune las normas del juego electoral que él mismo forjó.

jbarrera4r@gmail.com

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