Ideas

*Pretexto

Lo “políticamente correcto” -eufemismo por “hipocresía”- hubiera sido deslizar un piropo al futbol mexicano; un reconocimiento por su metamorfosis (de “el eterno adolescente del futbol mundial” a protagonista habitual de roles secundarios -aunque sea...- en los últimos siete campeonatos mundiales); sin embargo, el técnico nacional holandés, Frank de Boer, optó por la franqueza. De ahí su declaración en el sentido de que “idealmente no era lo mejor” disputar, mañana miércoles, el partido contra México.

¿La razón?: que no hubo el tiempo necesario para una adecuada preparación...

En el fondo, es el mismo argumento que el técnico nacional mexicano, Gerardo Martino, podrá -llegado el caso- utilizar como pretexto para una actuación decepcionante y/o un resultado adverso para el “Tri”: que tras un receso de diez meses, apenas pudieron realizarse unos cuantos entrenamientos, jugar el amistoso de la semana pasada ante Guatemala, citar a algunos “europeos”, complementar la “selección” -así, con minúscula- con una representación casi simbólica de lo que hay en la Liga local, meter camisetas y balones en la valija... y abordar el avión para cruzar el charco.
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En la competencia doméstica, en tanto, cada día parece más claro que aunque Víctor Manuel Vucetich y Diego Cocca, en efecto, aliviaron una situación que tanto en el Guadalajara como en el Atlas se estaba volviendo insostenible, ninguno de los dos es la mezcla de San Martín de Porres con Mandrake el Mago que se requiere para convertir a equipos del montón en protagonistas -en toda la línea- del campeonato.

Alguno -o los dos... con suerte- llegará a la “Liguilla”, porque el nuevo sistema de competencia, al resucitar el “repechaje”, regala boletos al por mayor y solo margina a los seis últimos inquilinos de la tabla general..., pero ninguno merecerá ser considerado aspirante al título.
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Su nombre dirá poco a los aficionados de nuevo cuño (“del ‘Chicharito’ p’acá”); para los que ya tienen sus horas de nuevo, Nicola Gravina -fallecido  ayer- ocupa un lugar de honor, primero como integrante del Oro de los Mota, Peña, Ruvalcaba, “Tepo” Rodríguez, Adhemar, Necco (únicos brasileños sobrevivientes de aquella “turma”), Amaury Epaminondas y demás, campeón de Liga en 1962-63, y más tarde como el promotor que trajo a México una pléyade de grandes jugadores brasileños, entre los que sobresalieron “Cabinho” y “Tuca” Ferreti.

Descanse en paz el último de Los Cuatro Mosqueteros (Mauro, Ney, Dirceu Siqueira y el propio Nicola).

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