Presupuesto 2025 y la relación Lemus-Sheinbaum
La relación entre el gobierno que encabezará Pablo Lemus Navarro y la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ya se anticipaba compleja, particularmente por las diferencias políticas. Ahora se agrega una dificultad más: la falta de asignación presupuestal para el año 2025.
El tema tiene recovecos técnicos y como siempre, en términos políticos se le puede analizar desde una perspectiva negativa, porque el mismo gobernador electo subrayó que no hay asignaciones para proyectos de movilidad, ni para carreteras federales, ni para las obras millonarias que requiere el saneamiento del Río Santiago.
Pero si el presupuesto es descrito por los diputados federales de Morena, aparece la perspectiva positiva: Dirán que no hay desatención del gobierno de Claudia Sheinbaum, porque las participaciones federales para nuestro Estado ascienden a 92 mil millones de pesos y de hecho, registran un incremento del 6% de un año a otro. Y es cierto.
Lo que no dirán es que ese aumento apenas cubre el costo de la inflación y deja las participaciones de la federación para Jalisco casi idénticas a las del año que está terminando. No hay aumento. Tampoco dirán que el incremento será consumido por los rubros más demandantes: educación, salud, seguridad. Como siempre.
¿Entonces, hay o no un trato, digamos desventajoso, para el Estado de Jalisco?
Partamos de realidades:
1. El gobernador electo Pablo Lemus está recibiendo (también es totalmente cierto) un trato muy riguroso de la presidenta Sheinbaum. Aunque eso no incide en el presupuesto -no debiera-, ella no ha querido dialogar con el próximo gobernador, como sí lo hizo con otros mandatarios electos que militan en Morena. De hecho, no lo ha reconocido y admitió que tendrá que hablar con él, pero hasta que esté instalado en el cargo.
2. Los proyectos de gobierno contemplados por el equipo de Pablo Lemus sólo han podido ser presentados al jefe de la Oficina de Presidencia, Lázaro Cárdenas Batel. Ya es un avance, pero no es una recepción formal.
3. El gobernador en funciones, Enrique Alfaro Ramírez, presentará antes de irse una reforma legal que, adelantó, insistirá en revisar el Pacto Fiscal e incluso, sacar al Estado de éste.
En vista de lo anterior, y aunque hay muchos elementos más que intervienen, como la preocupación de los organismos empresariales, se puede concluir que el primer año de gobierno en la relación Jalisco-Federación será complicado, difícil. Exigirá, como declaró el mismo Lemus Navarro, de “prudencia y templanza”.
Sobre el auxilio que puedan prestarle los diputados federales de Jalisco al presupuesto, se antoja un tanto ingenuo esperar que puedan hacer algo. Los de oposición al régimen, de entrada, serán arrollados por la mayoría de Morena y los partidos aliados, y los morenistas, aunque tuvieran la voluntad política de modificar el proyecto de presupuesto para beneficio de los proyectos jaliscienses, sólo tienen la opción de acatar la instrucción que provenga de Palacio Nacional.
La conclusión se convierte entonces en un pronóstico: la relación del próximo gobernador con la presidencia estará sujeta a mantener una postura amistosa y de insistencia, a la espera de que actúen en su favor algunos otros actores políticos que convenzan a la presidenta Sheinbaum.
La oficina de Lázaro Cárdenas puede ser un principio.