Presencia y peso de la iglesia
El viernes 23 de abril de 2021 el anuncio apostólico -en aquel entonces- Franco Coppola entró caminando por la calle principal de Aguililla, Michoacán -asediada por los grupos criminales-, dijo “estas calles tomadas por el crimen, las ha caminado el pueblo con Cristo resucitado”. Y fue más allá y con sus palabras señaló al responsable:
“El pueblo mexicano está en completa orfandad por parte de quienes tienen la obligación de proteger sus vidas... los grupos criminales se han establecido como dueños y señores de espacios y cortos de poder y han puesto a prueba la fuerza de la ley. Son muchos los sufrimientos acumulados por las familias del pueblo mexicano... lamentablemente, la violencia no es característica de Michoacán, es de todo México”. Y emitió una frase punzante, que se aplica a la perfección en nuestro país, “En Italia -de donde es originario- sabemos que la mafia florece donde el Estado no está”.
Desde el púlpito de la iglesia católica siempre ha tenido presencia en los problemas comunitarios y se ha proclamado la paz social y la justicia, desafortunadamente en muchas ocasiones esas “intromisiones” han provocado la muerte de muchos religiosos. En los últimos 30 años más de 70 sacerdotes han perdido la vida de manera violenta; el 10 por ciento en los poco más de cinco años de la administración de López Obrador, sin que eso signifique nada especial, solo como dato estadístico.
La semana pasada nuevamente la mano de la iglesia apareció. Ahora como mediador en un intento por pacificar una región de Guerrero, que es uno de los estados más conflictivos y violentos en la actualidad. La intervención del Obispo emérito Rafael Rangel Mendoza de Chilpancingo-Chilapa fue -por el momento- milagrosa, para impedir más enfrentamientos entre las organizaciones delincuenciales de Los Tlacos y Los Ardillos, en la disputa del transporte público. Y fue necesaria la mediación del religioso, porque “tuvimos que intervenir porque el Estado ha perdido esa capacidad de arreglar, esa capacidad de gobierno, ha dejado huecos, ha dejado vacíos que los narcotraficantes lo han tomado”, dijo en una entrevista para Radio Fórmula. ¿Es un estado fallido? se le preguntó y su respuesta fue contundente, “Si, el gobierno no es capaz de ordenar las cosas, de meter orden en todo esto, ¿entonces quién lo va a hacer? Ha faltado la capacidad de que haya gobierno, de que haya orden, aunque ellos
digan que lo hay, pero nosotros sabemos que no”.
Y aunque es la responsabilidad es del Estado de velar por los interés de los ciudadanos y la paz interna del país, “si el Estado no ha sido capaz de controlar la situación, pues nosotros también somos mexicanos, también tenemos derechos, tenemos obligaciones y que bueno que haya una mano como son los obispos y la iglesia la está tendiendo”, terminó diciendo el Obispo emérito.
Y cuánto no será el peso de la iglesia católica, que las dos candidatas, de donde saldrá la próxima presidenta de México, estuvieron en el Vaticano la semana anterior para conversar con el Papa Francisco. Si decir “agua va” y de manera sorpresiva Xóchitl Gálvez apareció en la fotografía con el Sumo Pontífice, a quien le deseo éxito en su intención y “celebro que tenga el coraje que tiene”, le dijo el jefe de la iglesia católica, mientras que la candidata de la oposición aseveró que su fe y religiosidad “están por encima de cualquier oportunidad política” (?) Por su parte Claudia Sheinbaum, quien apareció en Roma un día después, expresó su “profunda admiración por el pensamiento humanista” del Papa y lo calificó como “uno de los líderes y pensadores globales más grandes de los últimos tiempos”. La verdad, es que ambas fueron por la “bendición” del Papa Francisco para sus campañas y de paso ganar adeptos entre los millones de católicos que habemos en México.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
daniel.riodriguez@dbhub.net