Ideas

Premiar la libertad de expresión

A la muerte de Lear, el joven Edgardo sabe que ahora les toca “llevar todo el peso de estos tiempos aciagos; diremos lo que sentimos, no lo que debemos decir”, tal como lo escuchamos después de que Lear se había conciliado con Cordelia, la hija menor y la más consentida, aunque luego lo vemos cargándola, aullando de tristeza, una vez que había sido condenada a la ahorca. Pocos minutos después, el viejo Lear muere con el corazón partido y Edgardo dice eso que asocio con la libertad de expresión.

En sus buenos tiempos el rey era un tirano como lo fueron sus dos hijas mayores, herederas del reino, antes de declararle la guerra a Cordelia que llegó del exilio con un ejército para salvar a su padre. Edgardo sabía que a partir de la muerte de Lear vendrían tiempos difíciles aunque, al mismo tiempo, reconocía que ahora podrán decir lo que sienten y no lo que deberían decir, ejercitando de esa manera la libertad de expresión que, en nuestros días, es un baluarte de la democracia que bien vale la pena premiar porque, en estos días, en México es la única y verdadera oposición.

Hasta el año 2000 era el Gobierno Federal quien otorgaba el Premio Nacional de Periodismo que se recibía con una cierta suspicacia. Ese año, Luis Javier Solana, jurado del premio, fue a ver al presidente Zedillo y le propuso que fueran los ciudadanos los que decidieran quiénes merecían esos premios. El Presidente estuvo de acuerdo y Solana fundó el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo, A.C., asociando como miembros del Consejo a las universidades públicas y privadas que representan fielmente a la ciudadanía y practican todos los días la libertad de cátedra en sus aulas. Con su cuota anual se solventan los gastos del Consejo.

Cada año preside el Premio una de las Universidades pero, dada la situación actual este año serán dos las que presidan el Premio: la Autónoma de Sinaloa representada por su rector, el Dr. Juan Eulogio Guerra Liera, y la Universidad de Veracruz, representada por la rectora Dra. Sara Ladrón de Guevara: entre los dos se encargarán de los gastos de los premios en sí y de la ceremonia de entrega. En total son treinta y cuatro las universidades y un par de asociaciones civiles las que promueven, analizan y otorgan los premios sin importar si los tiempos son aciagos, pues saben de la importancia que tiene poder decir lo que sentimos y no lo que debemos decir.

Aulabierta, S.C., es una asociación civil que fundé en el 2012 junto con Román Calápiz, su actual director. Desde hace un año somos miembros del Consejo y colaboramos con diferentes cursos y diplomados para periodistas de la industria de los seguros, la salud alimentaria y la aeronáutica. Hemos realizado un programa virtual sobre la Ciudad de Guadalajara y diez conferencias de las óperas que transmitía el MET de Nueva York, entre otras cosas.

El pasado lunes se lanzó la Convocatoria para que los periodistas envíen lo mejor de lo que hayan publicado en el 2018 para competir en estas categorías: (1) Crónica / Periodismo narrativo, (2) Entrevista; (3) Reportaje; (4) Cobertura multiformato / Periodismo de investigación; (5) Fotografía; (6) Caricatura / Humor; (7) Periodismo de opinión y (8) Divulgación de la ciencia y difusión cultural.

Los jueces son catorce ciudadanos que conocen el oficio del periodismo. Ellos serán los que analicen y evalúen los miles de textos que llegan en todas las categorías y, al final, determinan a los ganadores. Tanto la convocatoria, los criterios de evaluación y el perfil del jurado los pueden ver en la página del Consejo www.periodismo.org.mx

El 22 de noviembre se darán a conocer los ganadores y el 13 de diciembre, 2019 se entregan los Premios: una versión de la escultura de La Paloma de Juan Soriano y un cheque por $50 mil pesos en cada una de las categorías que no caen nada mal.

(malba99@yahoo.com)

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