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Portazo de Claudia para el Embajador

Después de que Ken Salazar, Embajador de Estados Unidos en México, fuera visitante frecuente y entrara a Palacio Nacional como ‘Juan en su casa’ durante la gestión de la administración del inquilino anterior, hoy la presidenta Claudia Sheinbaum le da un “portazo en la cara” y le mandan decir sin tapujos que la próxima vez vaya tendrá que ser con invitación y si no la tiene, mejor que ni se pare.

Desde el 14 de septiembre de 2021, cuando Ken Salazar entregó sus cartas credenciales que lo acreditaban como embajador de Estados Unidos en México, sus visitas a Palacio para tratar asuntos de la relación bilateral -pero sobre todo plantear ciertas preocupaciones en algunos asuntos, sobre todo de seguridad- fueron muy frecuentes y en algunas ocasiones hasta exageradas. Solamente en junio de 2022 -en el transcurso de dos semanas- se registraron 18 visitas del embajador, entre “consultas” o acompañando a funcionarios de alto nivel de su gobierno que se entrevistaron con el mandatario mexicano. Las visitas frecuentes llamaron mucho la atención en algunos círculos en Washington, llegándose a publicar un artículo en The New York Times, donde señalaba que “existe una creciente preocupación dentro de la administración de que el embajador pueda comprometer los intereses de Estados Unidos”. A las observaciones del influyente diario neoyorquino salió al paso el “creador” de mañaneras y en tono sarcástico dijo, “Hoy creo que el New York Times, para varias, se lanza contra Ken Salazar el embajador de Estados Unidos en México. Es mi amigo y es un hombre bueno, sensato y amigo del presidente Biden y un político muy respetable, que viene de abajo, de origen mexicano, además simpático”.

La semana pasada el Embajador Salazar se reunió por primera ocasión con nuestro Canciller Juan Ramón de la Fuente
para iniciar la relación con la nueva administración y en la misma se le dieron a conocer “las nuevas reglas” de comunicación entre la embajada y el gobierno federal. “A veces el Embajador acostumbraba llamar a un secretario o, a otro secretario, entonces ahora le dijimos, ‘bueno, si quiere tratar un tema relacionado con energía, porque hay varios estadounidenses en invertir y quiere saber la disponibilidad, entonces es a través de la Cancillería’. Fueron algunos lineamientos que se establecieron y eso ordena de manera muy importante la relación”, dijo Claudia Sheinbaum en la conferencia del viernes. Ya no será “llegar y tocar la puerta” de Palacio o echarle un telefonazo a los secretarios; todo será a través de la Cancillería -de manera burocrática-, sin tomar el consideración en cúmulo de asuntos que hay entre ambos países y la gran cantidad de dependencias que están involucradas. Dicho en otras palabras, le dieron un “portazo” -acción de cerrar la puerta para desairar a alguien o despreciarlo, dice el diccionario de la Real Academia Española-.

No hubo la cortesía o hipocresía de decir “el Embajador tiene la puerta abierta de Palacio cuando quiera venir a conversar asuntos de la relación bilateral y continuar fomentando las relaciones como vecinos y socios comerciales, etc”. Fue un “todo a través de la Cancillería” y punto.

El “horno no está para bollos” en la relación, sobre todo -entre otras muchas cosas- después de la entrega o detención del “Mayo” Zambada y la situación de los “Chapitos”, y más se puede tensar en caso de que Donald Trump llegara a ganar la elección del 5 de noviembre. Y con estas actitudes, que parecen con poco tacto en cuanto al planteamiento cómo se hicieron, pueden provocar conflictos innecesarios donde el más afectado puede ser México.

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