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¿Por qué existe el término feminicidio si a los hombres también los matan?

El nombre importa: Son feminicidios. 

En las dos últimas semanas nos enteramos que asesinaron a tres mujeres en Jalisco, una niña de 12 años en Tala y dos en el Área Metropolitana de Guadalajara. Todas ellas presentan particularidades en común, fueron feminicidios. Es importante señalar las diferencias que existen entre estos y otros asesinatos.

Estadísticamente asesinan a más hombres que mujeres, la diferencia radica en las formas de muerte, pues los hombres son asesinados a manos de otros hombres y nosotras por el hecho de ser mujeres.

Más de 56% de los feminicidios ocurren en nuestras propias casas, por personas cercanas, o que dicen amarnos. Rita Segato, antropóloga y escritora sobre los feminicidios en Ciudad Juárez, menciona que los signos presentes al encontrar nuestros cuerpos sin vida, reflejan ilimitada violencia y bajos umbrales de sensibilidad humana, que este tipo de delitos ocurren en los cuerpos de las mujeres porque el engranaje que sostiene a la cultura machista en la que vivimos reafirma la idea de que los cuerpos de nosotras son territorios en disputa, es decir, algo que se puede tomar porque carece del mismo valor que un cuerpo de un hombre y se toman para demostrar la capacidad de dominio, la renovación de sus votos de virilidad y la reafirmación de autoridad. 

Apenas en 2012 el feminicidio fue tipificado como delito en el código penal federal. Un logro de la lucha de las mujeres por conseguir que se nombrara y reconociera este delito con características específicas relacionadas con nuestro género. 

Tenemos una tarea importante en México, ya que según el World Report 2019 estamos entre los 20 países más peligrosos para ser mujer, cerca de países como Irán, Turquía, y Arabia Saudita. Las cifras indican que en 2017 en México asesinaban siete mujeres cada día, en 2018 y 2019, el número de víctimas se elevó a nueve. Hoy son 11 mujeres asesinadas diariamente víctimas de feminicidio. 

Cabe destacar que este registro existe gracias a María Salguero, geofísica y activista, quien creó el mapa nacional de feminicidios ante la ausencia de protocolos y metodologías específicas para atender dicha problemática.

El feminicidio es la punta del iceberg, de ahí la importancia de tener en cuenta la violencia de género en las agendas públicas, trabajar para elaborar políticas públicas que nos permitan identificarla y erradicarla desde sus inicios, así como dignificar el acceso a la justicia de las mujeres.

Como sociedad nos corresponde reconocer a la par la relevancia de figuras jurídicas como el feminicidio. Hemos normalizado tanto el machismo que en ocasiones se vuelve casi invisible, por eso debemos reflexionar y reconocer sus expresiones en nuestra vida cotidiana para ponerle un alto. Ni una más.

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