Ideas

Polvos de La Mancha VIII

La lectura y otros placeres simplemente se gozan, sin calificativos y ese gozo es precisamente el placer que los invito a buscar.

De lo que se trata es de saber por qué un libro que tiene 400 años se ha convertido en el más leído o, si usted quiere, más publicado del español; porque reconozcamos que si hay algún libro representativo del castellano es este y ahí pensé en varios escenarios con los cuales decir algo que podamos compartir juntos, porque Don Quijote es un libro tan grande que de él que se inventa más de lo que se lee, existe un espíritu cervantista que hace travesuras en el mundo y tan es así, tan es un texto que se reinventa que, en especial las dos frases más conocidas de Cervantes, nunca fueron dichas por él ni se mencionaron en la obra. 

Siempre escucharemos o leeremos a alguien con un cierto aire de sabiduría, que afirma pontificalmente que en la obra se menciona en boca del señor de La Mancha “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”, frase que ni nuestro señor Don Quijote dijo ni mi amado Sancho escuchó y, por lo general, los que citan esta frase son políticos justificándose de alguna pillería que hicieron.

De la misma manera, jamás El Manchego dijo aquella frase de “Cosas vederes Sancho, que harán fablar las piedras”, hermosa frase de gran profundidad que nunca se dijo en el libro, que algunos atribuyen al Cid pero en verdad fue creada por ese espíritu cervantino, aún por quienes no lo han leído pero lo respiran.

Otra frase muy gustada es la de “Con la Iglesia hemos topado”, frase ligeramente inexacta, lo que si no exactamente, sí viene de algo parecido en el texto pero con letra minúscula. La escena cuenta cuando don Quijote y Sancho van a buscar al Toboso el Alcázar de Dulcinea, en el capítulo noveno segunda parte y caminando de madrugada se topan con el templo y dicen: “Con la iglesia hemos dado, Sancho”, y modificando “dado” por “topado” se significa con esa iglesia, o sea el templo es con lo que toparon nuestros héroes. 

Pero es tan amplio El Quijote, que señalar una frase es abrir un universo. Un día, estando en la capital de España, en los Madriles, vi que había una conferencia sobre el tema que impartiría, si mal no me acuerdo, en la casa de las Américas, un famoso escritor, que por cierto a mí no me gusta como escribe pero que es muy famoso, llamado Fernando Vallejo; como no tenía otra cosa mejor que hacer y da mucho lustre decir que uno va a conferencias (aunque siempre prefiero fumar que ir a conferencias), fui. Ahí escuché que el principio de la novela (“En un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”) decía que el hecho de que don Miguel no hubiera querido acordarse del lugar de La Mancha, era el acto más español del que podía tenerse idea. No que no pueda acordarse, no quiere porque no le da su regalada gana. 

@enrigue_zuloaga

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