Policía Metropolitana, ¿proyecto que no será?
La inseguridad es el tema. En Jalisco y en México. Lo que está ocurriendo en el Área Conurbada de Guadalajara rebasa, por mucho, los escenarios más negativos que se habían previsto. La semana pasada, el gobernador Enrique Alfaro declaró durante una visita en Aguascalientes que si se han encontrado más fosas clandestinas, “es porque las estamos buscando. Antes no lo hacían”.
Pero la realidad es que las fosas han sido denunciadas por la ciudadanía.
Y para cerrar la semana, en la carretera a Ameca, en el municipio de Tala, fueron halladas 17 bolsas con restos humanos.
En las estadísticas estatales se mantiene el promedio de cinco homicidios diarios, y durante varias jornadas éste se supera.
El ambiente está tan descompuesto que prácticamente se perdió la capacidad de reclamo. Apenas este domingo 22 de septiembre, el arzobispo de Guadalajara, cardenal Francisco Robles, levantó la voz (cosa desacostumbrada en él), para reclamar la “vergonzosa” ola de violencia que se vive en Jalisco. ¿Hubo reacción, respuesta de alguna autoridad? Nada.
¿Cuál es la expectativa de cambio? Al menos en la ciudad y sus nueve municipios conurbados, el modelo de la Policía Metropolitana. La esperada unión de las policías municipales, bajo la dirección del general en retiro Arturo González García; sólo para que sirva como referencia, rindió protesta el martes 20 de agosto y se anunció que un mes después debía presentar el nuevo modelo operativo… el mes ya transcurrió y del famoso modelo no hay noticia.
O mejor dicho, sí hay información, pero está bajo reserva porque hay un obstáculo que quizá no podrá superarse: el nuevo comisario presentó un proyecto en el que requiere más de 60 millones de pesos para operar. Y los municipios serán los responsables de aportarlos. ¿Quién entre los presidentes municipales tiene la disposición de entregar los recursos que le corresponden? Ninguno.
Los alcaldes desconfían unos de otros, particularmente quienes aportarán recursos, porque los tienen: Zapopan, Guadalajara y Tlaquepaque. Los otros, literalmente, son testigos mudos de lo que pasa y ven con sorpresa el jaloneo y las discusiones permanentes, en las que no faltan los gritos, los reclamos y la distancia silenciosa que guardan las autoridades militares.
El conflicto por los recursos ya está siendo puntualmente abordado en la oficina del secretario de Seguridad Ciudadana del Gobierno federal; Alfonso Durazo está al tanto de todo.
A esta conflictiva realidad, para la que no hay solución a la vista, debe sumarse primero, la exigencia del presidente Andrés Manuel López Obrador a los gobernadores y alcaldes del país: depuren a sus policías.
Además, justo antes de que se instalara el nuevo período ordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, el secretario Alfonso Durazo advirtió que la Guardia Nacional no sustituirá a las policías municipales.
El futuro en estas condiciones puede ser todo, menos alentador.
¿Habrá finalmente Policía Metropolitana? La pregunta es pertinente.