¿Podrá ser su propia líder o un peón?
La palabra final y oficial se dará en las próximas 48 horas -miércoles- cuando se realice el cómputo final de votos en el Instituto Nacional Electoral (INE), aunque los resultados ofrecidos desde ayer antes de las 10 de la noche por parte del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) nos daba una idea muy clara -hasta ese momento- de quién será la próxima presidenta de México. La contundencia de las primeras cifras no dejaba lugar a dudas. Sin embargo, de confirmarse esa tendencia, la interrogante publicada hace unos días por el influyente diario norteamwericano The New York Times cobra primordial vigencia: Claudia Sheinbaum “¿Podrá ser su propia líder? ¿O es un peón del actual presidente?”.
Para un gran sector de la población surge la incógnita -como señala la publicación- “Sheinbaum enfrenta un dilema fundamental. Ella insiste en que gobernará independientemente de su mentor, López Obrador, y tiene algunas prioridades diferentes. Pero alejarse demasiado de su agenda podría ser arriesgado”.
Lo que es cierto y seguro, es que ya hizo historia -de ser ratificada oficialmente-, al convertirse en la primera mujer presidenta, pero ahora dependerá de ella, solamente de ella para que trascienda y haga SU PROPIA HISTORIA.
Ayer, al cierre de las casillas electorales y a las declaraciones triunfales -antes de conocerse resultados iniciales del PREP- de muchos candidatos y partidos, la presidenta del INE Guadalupe Taddei pidió “mesura” a las manifestaciones triunfalistas y pidió actuar “con madurez y responsabilidad” y no adelantarse a los hechos. Sin embargo, las palabras centrales de su mensaje, “mesura, madurez, responsabilidad” las podemos aplicar a los millones de mexicanos que en el país y en el extranjera, de manera masiva se volcaron sobre las casillas electorales para participar en la jornada electoral. Hasta anoche a las 11 pm las cifras del PREP hablaban de una participación ciudadana del 60 por ciento de la lista nominal - de casi 99 millones de electores- cuando apenas se contabilizaba el 17 por ciento de las boletas. Habrá que recordar que en la elección presidencial del 2018 la participación fue del 63.42 por ciento.
Así que, al margen de quien resultó ganadora, lo más importante es los ciudadanos son los que decidieron -a través de una jornada electoral pacífica- cual debe ser el rumbo político que debe seguir el país hasta el 2030, dándonos una demostración de democracia madura.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
daniel.rodriguez@dbhub.net