Pobre del pobre
La nueva Secretaría de Bienestar es un rayo de esperanza para los 53.4 millones de pobres que levantan la palma de la mano para pedir que su mesías los saque del estado de miseria en que viven. De estos, 9.4 millones sobreviven en situación de pobreza extrema, esto es, no tienen satisfechas ninguna de las necesidades básicas: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y vivienda.
No obstante que se han gastado cientos de miles de millones de pesos a lo largo de décadas destinados a combatir la pobreza, ésta persiste. Casi 50% de la población es pobre y, casi 20% de ésta vive en condiciones de pobreza extrema. Desde la década de los años noventa del siglo pasado se han implementado programas gubernamentales como Solidaridad, Progresa, Oportunidades, Prospera y los resultados han sido nulos. Esto nos abre los ojos para darnos cuenta que además de la corrupción, no es un problema que se circunscribe a la disponibilidad de recursos, sino que hay otros factores que han influido: La tasa promedio de crecimiento del PIB real por habitante en los últimos cuarenta años es un índice de una economía que no crece de manera sostenida y a tasas elevadas, por lo que por más dinero que se gaste no está en condiciones de reducir la incidencia de la pobreza; Las recurrentes crisis económicas por las que ha atravesado el país en 1982, 1986, 1988, 1995 y 2009 impiden que cualquier ganancia que se logre, desaparezca con cada crisis y en algunas ocasiones hasta se agudiza. Nuestra economía no entra en una dinámica constante de crecimiento sostenido, no se ha logrado una estabilidad macroeconómica, por lo que, por más que se destinen recursos a través de programas gubernamentales, la pobreza persistirá.
Otro factor que incide en la pobreza es el deficiente manejo de los derechos de propiedad de la tierra destinada a actividades agropecuarias. La reforma agraria atomizó la propiedad de la tierra, los minifundistas serán siempre pobres.
La educación es otro de los factores que contribuyen a mantener a los pobres en su situación de miseria. Este monstruo es producto de nuestro mal llamado sistema educativo. Los intentos que se han hecho para implementar una reforma educativa han fracasado.
Las leyes laborales también han contribuido con un sistema paternalista que premia la holgazanería y castiga la productividad. El sindicalismo no ha hecho la parte que le corresponde en la protección de los derechos de los trabajadores, las juntas de conciliación son herramienta de extorsión y por lo menos en Jalisco, las autoridades no han podido con los abogados (talibanes).
En cuanto a la vivienda, la corrupción ha metido sus garras y se han construido núcleos de vivienda que carecen de los más elementales servicios de transporte, agua, drenaje, y alumbrado.
No es con dádivas que se puede abatir la pobreza, si le das un pez a un pobre, come una vez, si lo enseñas a pescar, come diario (Lin Yu Tang). El lastre que se arrastra en los problemas agrarios es una pesada carga que los últimos gobiernos han soslayado. En el sistema educativo actual no se piensa, no se crea, solamente se memoriza y se adapta al alumno al sistema en que vivimos. La reforma educativa tiene que abarcar el sistema de tecnología avanzada, relacionar el estudio con la realidad en que se vive.
Todos los programas que se han implementado solo han perpetuado la pobreza, debe cambiarse radicalmente su enfoque.
luisjcardenas2@hotmail.com