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¡Pobre México! ¿Qué nos pasó?

Esta no es una lección de historia, pero la cronología de eventos entre México y España -a grandes rasgos- se inicia en 1518 cuando el explorador español Hernán Cortés llega con su expedición a lo que hoy es nuestro país -estableciendo la ciudad de Veracruz- y 17 años más tarde llegan a Tenochtitlan -capital del Imperio Azteca- y la convierten en la capital del Virreinato de Nueva España. Tres siglos más tarde, en 1810 el Grito de Dolores del sacerdote católico Miguel Hidalgo y Costilla en contra del dominio español es reconocido como el comienzo de la Guerra de Independencia, que se concretó en 1821. Y es el 26 de diciembre de 1836, cuando se establecen las primeras relaciones diplomáticas entre ambos países. En la era moderna, después de muchas diferencias y vicisitudes, desde 1977 se tienen relaciones diplomáticas formales y estamos cumpliéndose ya 47 años de un lazo que es único y estratégico en todos los sentidos.

Sin embargo, hoy por aquel estúpido reclamo -en marzo de 2019- donde el presidente Andrés Manuel López Obrador pide que España se disculpe por los agravios causados durante la conquista, de la que obviamente nunca contestó España, han provocado que a la ceremonia de toma de protesta de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, no se haya invitado al Rey Felipe VI. La Cancillería española ha confirmado que no enviará a ninguna representación “de ningún nivel” a causa de la “inaceptable” descortesía en contra de su Majestad.

La verdad, que triste es nuestra realidad. Y no por este “detalle”, sino por todo lo que está sucediendo en México.

Hoy, dígase por la ceremonia de toma de protesta, la reforma judicial o por los reclamos de Ayotzinapa, tenemos un Palacio Nacional, el Senado de la República y la Secretaría de Gobernación -entre otros edificios oficiales- rodeados por un cerco de acero; el gobierno actual, dejará “maniatada” a la siguiente administración con nombramientos “a modo” para seguir gobernando; el Congreso está “inundado” de reformas constitucionales que ponen en riesgo el sistema de justicia y clausurando instituciones que nos protegen de un mal gobierno y de los abusos oficiales; aunque se dice que el pueblo “está feliz”, hay una enorme preocupación de muchos sectores de la sociedad por los cambios que pueden dar marcha atrás muchos años y lastimar la estructura de nación democrática; muchas personas están confundidas; de pronto estamos viendo la transformación de un país al que que no queríamos y desconocemos cuál es su futuro; no es el México que se quiere; hay enfrentamientos armados en diferentes estados, no solo entre civiles, sino donde se involucran nuestras fuerzas armadas; muchos temen una reacción social que nos desestabilice; las preguntas surgen, ¿qué hicimos mal? ¿en dónde nos equivocamos? ¿en dónde estamos? y ¿a dónde vamos? ¡Pobre México! ¿qué nos pasó?

¿Usted, qué opina?

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