Plan de inversión en infraestructura: la reconciliación AMLO-Slim y mucho más
La fotografía AMLO-IP esta vez sí trajo torta bajo el brazo. Son 147 proyectos por un monto de 859 mil 022 millones de pesos de inversión privada, a ejecutar en la administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El anuncio puede ser el fin de un año de relaciones poco productivas entre el Presidente y los principales empresarios mexicanos. El principio de un nuevo ciclo donde se rompa el maleficio del no crecimiento. No me refiero a los tres trimestres negativos del Producto Interno Bruto (PIB), sino a la racha de 44 meses de la industria de la construcción. En esos tres años y ocho meses, sólo ha habido un mes con crecimiento y 43 en números rojos.
¿Será suficiente para hacer crecer el PIB? En 2020, la inversión sería de 431 mil millones de pesos. Esto supondría un incremento de 9% respecto a la ejercida en 2019. Esto es muy relevante porque la baja de la inversión privada fue uno de los factores que explican la recesión. El otro “sospechoso” del “crimen” fue el no ejercicio del presupuesto público, a nivel federal, pero también en los gobiernos locales. Para los cuatro años posteriores (2021-2024), los montos de inversión “comprometida” son menores. La apuesta es que el éxito de 2020 produzca apetito por otros proyectos y genere un círculo virtuoso, donde haya más inversiones.
La clave es que los proyectos anunciados empiecen a ejecutarse pronto, coinciden banqueros, empresarios y analistas. ¿Cómo se dará seguimiento a la implementación de lo anunciado? De este “pequeño” detalle no se habló el día de la presentación ni después. Es significativo que las personas más informadas respecto a este plan mencionaran el riesgo de que algunas inversiones anunciadas no se materialicen. Entre el sueño y la realidad pueden interponerse factores técnicos, financieros o incluso sociales. ¿Debemos entender la presencia de medio gabinete y de AMLO como un compromiso de que no volverá a pasar lo del Aeropuerto de Texcoco?
Había mucho que festejar en torno al anuncio. Todo parece indicar que es una reconciliación en toda forma entre el ingeniero Carlos Slim y el Presidente López Obrador, algo bueno para la Cuarta Transformación y también para México, porque a casi nadie le conviene una ruptura entre el poder político y el poder económico. Había mucho que celebrar, quizá por eso nos quedaron debiendo información detallada de algunos proyectos controvertidos, por ejemplo, la conclusión del tren México-Toluca. Ya costó 64 mil millones de pesos y faltan, cuando menos, otros 25 mil millones. ¿Cómo funcionará aquí la inversión privada y cómo contará el dinero público que ya se invirtió? ¿Se contempla una Asociación Público Privada, créditos blandos de la banca de desarrollo u otra opción? ¿Habrá denuncias contra los responsables de los sobrecostos de este tren?
Son 147 proyectos por un monto de 859 mil 022 millones de pesos. ¿Cómo poner esto en perspectiva? La cifra es alta, pero 25% inferior a lo del sexenio pasado, revela un análisis de Intercam Casa de Bolsa. Para el periodo 2014-2018 eran 921 mil 892 millones de pesos de inversión privada. En esa comparación quedan fuera los proyectos de energía, salud y desarrollo agrario. Los proyectos de energía se anunciarán en enero y ahí hay margen para detonar grandes inversiones, siempre y cuando haya un cambio de rumbo, ¿vendrá?