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¿Personas tóxicas o vitamina?

Los seres humanos solemos clasificarlo todo, como una forma de simplificar y tratar de entender el mundo de manera más sencilla o práctica. Y esto ha incluido las propias relaciones humanas, partiendo en cómo nos hacen sentir o lo que nos generan las personas que nos rodean: algo positivo o negativo, alegría o malestar. 

En los últimos años la psiquiatra española Marian Rojas Estapé comenzó a popularizar el término “personas vitamina”; lo utiliza en sus libros y conferencias para referirse a quienes -en momentos de tristeza, malestar o estrés- te hacen sentir querido y acompañado, que te escuchan, que confían en ti, que se ríen contigo y se alegran cuando algo bueno te pasa. Te hacen sentir bien, nos dan paz.

“Podemos identificar a una persona vitamina cuando tenemos un momento malo, estamos sufriendo, tenemos dolor y de repente se enciende esa bombilla con la cara de esa persona que sabemos que nos va a escuchar atentamente, que no nos va a juzgar, que nos va a acompañar o que nos puede dar un abrazo y nos va a hacer sentir bien”, explica la psiquiatra en su canal de YouTube.

En contraste, existe otro término, que se ha vuelto tan común que ya hasta en las canciones lo escuchamos: las personas tóxicas. “Una persona no es tóxica, lo que sucede es que el efecto que produce es una intoxicación de cortisol y su presencia, tan sólo de pensar en ella nos saca de nuestra forma de confort, nos altera, nos entristece, nos pone agresivos, irrita y activa el sistema de alerta, lo que genera el cortisol”, puntualiza en uno de sus podcasts.

Visto científicamente, la diferencia entre una persona vitamina y una tóxica son las hormonas que su presencia activan en nuestro cuerpo: el cortisol o la oxitocina. El cortisol, que es la hormona del estrés, se segrega en altas cantidades durante momentos de preocupación, estrés o amenaza. Por eso se les percibe como tóxicas a las personas negativas, quejumbrosas, problemáticas, rencorosas o criticonas y envidiosas, por todo el cortisol que pueden generar.

En cambio, explica la psiquiatra, las personas vitamina son una gran fuente de oxitocina, que es la hormona de la felicidad, de la empatía y está relacionada con el afecto. Y nos gusta estar con ellas, nos da paz o alegría y nos sentimos no sólo cómodos sino queridos, apreciados y valorados; abonan a nuestro bienestar psicológico y emocional.

Sean tóxicas o vitamina, el efecto de las personas que nos rodean se genera también en nuestra mente y pensamientos. Seguramente usted, apreciada o apreciado lector, mientras leía pensó en sus personas vitamina y también en quienes considera tóxicas. Ambas son parte de nuestra cotidianeidad y lo primero es identificarlas para aprender a entablar relaciones de manera más saludable, sin que su presencia intoxique o incomode, procesando las emociones que nos generan, la importancia que les damos. E, incluso, cuidando no ser uno mismo esa persona tóxica.

¡Que en la Noche Buena los rodeen sus personas vitamina!

Instagram: vania.dedios

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