Pequeñas conquistas
Al mismo ritmo que las jacarandas pintaron de morado nuestra ciudad, nosotras nos volvimos a encontrar. Mi atención estuvo puesta todo este mes en observar la evolución de nuestra revolución, ésta que se va haciendo fuerte con pequeñas y a veces imperceptibles conquistas.
Hace un año era impensable convencer a mi madre de que me acompañara a marchar, y esta vez salió a exigir justicia junto a todas nosotras con su puño alzado. Mujeres de pueblos originarios también salieron a las calles e hicieron suya la lucha, ¿y cómo no? las estábamos esperando, pues en ellas se intersectan todas las violencias, discriminación y segregación. Estuvieron por primera vez las mujeres sordas marchando con una intérprete que les hacías saber las consignas en lengua de señas mexicana.
Este 8M 2022 nos ha dejado clara la meta de mi generación: El feminismo no es para unas cuantas, es para TODAS las mujeres. Sí, incluidas las mujeres trans.
Este año por primera vez escuché a gobernantes hombres, como Frangie, haciendo un llamado a otros hombres a cuestionar sus formas de relacionarse, a entender que si hoy hay violencias de género, son ellos quienes deben trabajar en las violencias que ejercen, que son ellos quienes deben señalarse entre ellos cuando acosan, cuando mandan los packs de morras sin sus consentimientos a sus grupos de whats app, pues estas violencias no escalarían si no se hicieran de la vista gorda. Me parece sensato el llamado, pues si cada quien hacemos lo que nos toca, el objetivo se cumplirá más rápido.
Marzo terminó y nos dejó más pequeñas conquistas, de esas que logran los grandes cambios. Nos quedan 12 meses para seguir sumándole. Estamos juntas y fuertes.