Penúltimo día del Mundial
La noche de ayer con los estrechos y enredados callejones del Mercado de Souq Waqif a reventar y con un ambiente de fiesta por sobre los cánticos permanentes y que por lo mismo, en un momento dado se tornan incluso enfadosos de los aficionados argentinos y de sus adeptos de otras naciones, y que más que cantos ya suenan a alabanzas a Messi porque es la palabra que mas se repite en la arengas, se escuchaban en cada rincón del popular lugar otro tipo de cantos acompañados de una música que metía a todos al ritmo que se escuchaba. Eran los muy entusiastas aficionados de Marruecos que con las camisetas rojas de su Selección y varios envueltos en su bandera, felices celebraban el hecho de que el representativo de su nación tenga ante sí la posibilidad de terminar el Mundial de Qatar en el tercer lugar, lo que para ellos sería un resultado, ya de por sí histórico, lo más cercano a un sueño.
Con traductor de por medio, cuando aficionados que no tenían la pinta de ser argentinos y mucho menos franceses (porque seguidores de los galos hay muy pocos), pero portando alguna camiseta de los finalistas, mayoritariamente la de Argentina, intentaban mofarse de los marroquíes por festejar como lo hacían el que jugaran el partido que dicen nadie quiere jugar, sin demora y dando se cuenta de lo obvio que quienes los increpaban eran argentinos o franceses “camuflados”, respondían “el país de donde vienes no está en el Mundial y nosotros sí”.
El encuentro de hoy muy probablemente no represente lo mismo para los africanos que para los croatas. De los primeros por lo anteriormente expuesto, aunque de los segundos no deja de tener un valor el hecho de que Croacia fue segundo lugar en Rusia 2018 y pueda ser tercero en Qatar. No es algo menor.
A Croacia difícilmente se le menciona como protagonista de una Copa del Mundo, pero casi siempre aparece en las instancias culminantes. Reconociéndole eso sí que tiene magníficos futbolistas.
Y uno de ellos, un tipo con una historia y una trayectoria que merecerán ser contadas en algún momento, disputará su último partido de un Mundial: Luka Modric.
Y mientras los habitantes de Doha ya comienzan a hacerse el ánimo de que a partir del lunes su vida volverá a recobrar su rutina premundialista, algo que no pocos lamentan porque han disfrutado de un mes festivo, con mucha algarabía, de mucho movimiento de personas en sus plazas, cafés, restaurantes, centros comerciales y puntos turísticos, ahora dicen se regresará a el aburrimiento cotidiano.
Los establecimientos que por el Mundial están trabajando hasta las dos de la mañana, a partir del lunes regresaran a sus horarios normales.
Pero en las últimas horas de la Copa del Mundo, Doha está convulsionada por la Final del domingo. Aficionados argentinos siguen llegando en gran numero, la mayoría sin boleto asegurado y buscan como muchos más que ya tienen tiempo en Qatar un boleto para ver el partido final.
Los precios de los boletos en la reventa se están cotizando los baratos entre los tres y los cinco mil dólares.
En Katara, otro punto obligado de visita en Doha, el ambiente es igualmente festivo, este muy bonito a diferencia del Mercado de Souq Waquif con su carácter netamente popular.
Katara es un lugar ubicado a la orilla del mar, en su paisaje sobresalen los veleros construidos de madera y las embarcaciones destinadas al cultivo de las perlas, y se le hicieron algunas adecuaciones para hacer una especie de Fan Fest. Paralelamente a la parte tradicional, está un espacio espectacular, un corredor de mas de un kilometro de longitud a todo lujo que inicia con la famosa Galería Lafayette. Hay tiendas desde afamadas boutiques hasta establecimientos de venta de souvenirs y con varias plazas en las que se han instalado escenarios que avivan las noches de fiesta mundialista.