Para AMLO, fin de semana de ‘ensueño’
La primera conmemoración del Grito de Dolores, que fue el 16 de septiembre de 1812 en el edificio El Chapitel en Huichapan, Hidalgo, no pudo ser atestiguada por Miguel Hidalgo y Costilla, porque ya había sido fusilado. Pero a partir de esa fecha, todos los años, en la noche del 15 este evento y el desfile militar -el día 16- se ha celebrado para “reforzar un sentido de orgullo nacional y UNIDAD entre los ciudadanos de México”, según se lee en el sitio oficial del Gobierno de México. Bueno pues ése sentido de ‘UNIDAD’ este 2023 se perdió al nivel de los Poderes de la Unión, cuando el Ejecutivo ignoró y les ‘cerró’ las puertas de Palacio Nacional - sencillamente por la ‘ley de sus pistolas’- al no invitar de manera oficial -como es una costumbre- a los poderes Legislativo y Judicial.
Efectivamente, de acuerdo con la ley y según se establece en la sección de festividades patrias en la página de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), “no hay protocolos a seguir para la noche del grito: el Ejecutivo a quien le corresponde darlo, puede modificar el discurso y la acción, siempre y cuando se emule el momento histórico”. No se habla de quienes serán los invitados o sobre los asistentes a la ceremonia. Sin embargo, el gobierno federal, denominado constitucionalmente el Supremo Poder de la Federación, está constituido por los tres poderes de la Unión. Pero eso, al inquilino de Palacio simplemente ¡le vale...! y levantó una serie de protestas en muchos sectores en el país. Tal fue el caso del diputado Mario Riestra Pina (PAN), quien dijo “el Poder Ejecutivo está a la par del Poder Legislativo y Judicial, no está por encima de ellos, son iguales. El no representa únicamente al Estado mexicano, que no se confunda, La suma de los tres Poderes de la Unión representa a la nación, por eso es un error y un acto de misoginia -haciendo referencia a que los poderes Judicial y Legislativo los encabezan mujeres en estos momentos-”.
Pero la protestas no solo fueron a nivel local, sino a nivel internacional. La embajadora de Ucrania en México, Oksana Dramaretska, cuestionó la neutralidad del presidente López Obrador al invitar a una delegación de la Federación Rusa a ser parte del desfile militar el sábado pasado. En su cuenta de X dijo que soldados rusos tienen “las botas y manos manchadas de sangre”, en referencia a la invasión que sufre su país desde hace 19 meses -febrero 24 de 2022-.Y le pregunta al presidente, “¿Cómo es coherente, señor López Obrador, su política de neutralidad y su condena de la agresión contra mi país?”. Respuesta que debimos haber tenido hace unas horas desde Palacio en la verborrea matutina.
Por su parte, la candidata del Frente Amplio por México, Xóchitl Galvez, también hizo referencia a la presencia de las representaciones militares de Rusia y Nicaragua -entre otras- en el desfile militar, al señalar, “Ya dejó claro que sus amigos son los dictadores, no los demócratas”.
Y para rematar, para tener un fin de semana de ‘ensueño’, la declaración del presidente en Toluca, donde inauguró una sección del tren México-Toluca. Una obra que recibió de la administración anterior y donde ya se habían invertido 30 mil millones de pesos. “No podemos dejar obras inconclusas. Podíamos haber dicho se queda pendiente. Pero ya esos 30 mil millones que se habían invertido se iban a quedar tirados. Una obra inconclusa significa dejar dinero del pueblo tirado; no se puede actuar de manera irresponsable”. Y yo le pregunto señor Presidente, ¿Y no es el mismo caso lo del aeropuerto de Texcoco?. Total, una serie de acciones, declaraciones y contradicciones para la historia de esta ‘pintoresca’ administración.
¿Usted, qué opina?
Daniel Rodríguez
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