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Paolo Maldini, o la belleza de la tradición

Paolo Maldini celebró ayer miércoles 51 años, que lo sorprenden siendo otra vez objeto de atención por su reciente nombramiento como director deportivo del AC Milan.

Maldini, quien despachaba como lateral y como central, es uno de los mejores defensas de todos los tiempos y representa la esencia del juego a la italiana.

Si el virtuosismo es el núcleo del jogo bonito brasileño y la tenacidad es cualidad en torno a la cual se construyó la grandeza de la Mannschaft alemana, el concepto de tradición es central para el calcio italiano.

Maldini sintió muy pronto en sus hombros el peso de esa tradición. Su padre, Cesare Maldini, fue capitán del Milan entre 1962 y 1966 y era tan respetado que cuando llevó a Paolo al equipo juvenil de los rossoneri, el entrenador le preguntó “Señor Maldini, ¿dónde pongo a jugar a Paolo?”

“No sé, decida usted”, respondió el padre de Maldini, y se sentó en la tribuna, lo más lejos posible del campo de juego.

Una vez en el primer equipo del Milan, donde iba a jugar toda su carrera, Paolo encontró un hermano mayor: Franco Baresi, con quien formó una de las mejores parejas de defensas en la historia del futbol, y con quien iba a ganar tres de las cinco Champions League de su palmarés personal.

Maldini lo ganó todo con el Milan, pero el futbol a nivel de Selección fue menos generoso con él. Se quedó a una tanda de penaltis de ser campeón del mundo con Italia en 1994, cuando Baggio y Baresi fallaron sus tiros ante Brasil.

Maldini es recordado como uno de los más grandes “lectores” de jugadas en la historia. No sólo jugaba futbol; lo leía y lo interpretaba, y también de ese modo es un brillante representante de una tradición que va del Renacimiento a Umberto Eco.

Paolo Maldini es uno de los más grandes jugadores en la historia del Milan. AP

La idea de futbol que representa Maldini es el contrapeso al estilo del Barcelona, el más influyente en el juego contemporáneo, descendiente del futbol total holandés, dispuesto a estar en todas partes con tal de llegar cuanto antes al futuro.

Si el futbol total es la sorpresa y el éxtasis de la ubicuidad, Maldini representa el gozo de ser oportuno ocupando un lugar determinado en el universo de la cancha.

El futbol total y el Tika Taka español quieren avanzar incluso al defender, dejando atrás cuanto antes el pasado para tomar por sorpresa incluso al porvenir. Es un futbol urbano, porque es en las ciudades donde ocurren las revoluciones. Maldini representa un futbol campesino, que asume con paciencia las estaciones y conoce las recompensas que obtiene quien sabe acechar. Es la belleza de la tradición contrapuesta a euforia de la revolución. No hace falta tomar partido terminantemente por una u otra idea: ambas nos pueden enseñar valiosas lecciones sobre la vida y el futbol. 

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