Ideas

Palabra de Clouthier

Entre que Bartlett no fue a Washington y la detención de Caro, la cosa anda muy ochentera.

Por eso revisé “Palabra de Clouthier” (Andraval, 2009), recopilación de columnas del Maquío realizada por Cuauhtémoc Rivera Godínez.

Transcribo párrafos sobre el papel del Gobierno, la economía, los empresarios, la inversión extranjera y los ciudadanos. El Maquío no suena ochentero… sino muy actual.

“El mejor lubricante para cualquier economía, del signo que sea, es la paz o tranquilidad en el orden y, por ende, el buen político es aquel que sabe proporcionarla armonizando a todos los sectores o grupos para que estos puedan desarrollarse integralmente, no solo en lo económico, sino también en lo familiar y lo cultural; en lo político y en lo social”. (3/11/82)

“Los gobiernos, en su deseo de preservar el poder a como dé lugar, son capaces de hacer las barbaridades más atroces con la economía, sabedores de que el pago de los mismos no es inmediato y que el que viene atrás será el que tenga que arrear”. (2/2/83)

“Los organismos de empresarios tenemos no solo el derecho, sino la obligación de expresarnos, tratando de influir en las políticas económicas. Para eso somos órganos de consulta. (…) El pretender callar la disidencia es un gravísimo error que solo se da en los regímenes totalitarios como Cuba, Polonia, Chile y la URSS. Parece mentira que un partido que se considera demócrata se asuste de que alguien exprese sus ideas con libertad”. (16/2/83)

“Pregonamos la necesidad que tenemos de la inversión extranjera como capital de riesgo, pero a la hora de los hechos parece que nos quedamos muy atrás a los ofrecimientos que otros países hacen con base en tres puntos fundamentales: a) el capital extranjero para ir a un país requiere sentirse bienvenido; b) debe sentir confianza en el país que va a invertir y seguridad en su inversión (no expropiaciones y cambio de reglas del juego a cada rato); c) el capital extranjero no es beneficiencia y espera naturalmente tener utilidades acordes a su inversión y riesgo.

“En otras palabras, los inversionistas extranjeros reconocen la soberanía de cualquier nación para dictar sus propias leyes económicas. Simplemente dicen que ellos también son libres de escoger el país que ofrezca la seguridad de los tres puntos enumerados con anterioridad”. (20/10/83)

“Los políticos que padecemos no han aprendido que si uno tiene credibilidad cuando dice algo, es porque ha tratado de ser congruente entre lo que dice y lo que hace; lo cual crea la única autoridad que es valedera: la autoridad moral. En los políticos corruptos e ineptos es dificil que se crea, porque hacen exactamente lo contrario a lo que predican: (…)

“Hablan de ‘democratizar’ y de ‘consulta popular’, pero la verdad es que desprecian al pueblo y lo intimidan para frenar su participación en la política.

“Nos dicen que desean una renovación moral, mas la gente se pregunta qué tan moral es robar ánforas y gastar millones de pesos, que son del erario público, para desprestigiar a ciudadanos que, si fuésemos la milésima parte de lo que hemos sido calumniados, ya estaríamos en la cárcel. (…)

“Cuando un país se corrompe no solo en lo económico, sino en lo moral; cuando la palabra se prostituye y el gobierno se olvida de que los ciudadanos tenemos todo el derecho de criticar la actuación de nuestros servidores públicos, en tanto que el gobierno no tiene derecho alguno de criticar al ciudadano por el solo hecho de serlo, es que un país sufre la peor de las descomposiciones y el pueblo fatalmente buscará el cambio”. (23/11/1983).

Salvador Camarena

sal.camarena.r@gmail.com

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