Pacto fiscal

Si es calentura que mejor se les baje. El amago del gobernador de Jalisco y otros mandatarios del Norte del país para abandonar el Pacto Fiscal con la Federación es más jarabe de pico que una posibilidad realista.

Según especialistas, implicaría la modificación de un andamiaje jurídico muy grande, ya que el principal problema es que las entidades no tienen atribuciones para la recaudación de impuestos.

Y en ese sentido, el escenario es cuesta arriba porque cualquier cambio pasa por legisladores federales (y sabemos que la Cámara Alta y Baja son una extensión de la voluntad del Presidente).  

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Estados vecinos rebasaron a Jalisco por la derecha con la aplicación de incentivos fiscales para enfrentar las afectaciones económicas producto de la contingencia sanitaria.

Estados como Colima o Michoacán no se quedaron sólo en la entrega de despensas o préstamos, y ya aplican descuentos y aplazamientos en el pago del Impuesto Sobre la Nómina y al de hospedaje.

Las autoridades jaliscienses aún no confirman si en la segunda etapa del plan de apoyo habrá incentivos fiscales en el pago de impuestos o derechos estatales.

Sonaría lógico que, así como se ha reclamado a la 4T por carecer de un plan tributario para enfrentar la crisis, en lo local se aplique uno de verdad.

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Enfermedades como la influenza y las infecciones respiratorias agudas han tenido un incremento en el país durante la pandemia.

Sobre este punto, la Coordinación de la Investigación Científica (CIC) de la UNAM aseguró que “esta tendencia no corresponde a ningún patrón estacional”.

La hipótesis de los especialistas es que se trata de casos de COVID-19 no detectados por las autoridades. Lo que resulta inquietante es que, según los expertos, este año hay más de 150 mil casos de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA) en comparación con el promedio de años anteriores.

¿No se habrá quedado corto López-Gatell con eso de multiplicar por 8 cada caso detectado de coronavirus?