Paco Taibo II: el autoritarismo 4T
Tengo un gran aprecio por Paco Taibo II. Lo que hizo con las Ferias del Libro en los barrios y municipios de los alrededores de la Ciudad de México, con la Feria del Zócalo y con la brigadas para Leer en Libertad son sin duda los proyectos más importantes de promoción de la lectura de los últimos años en este país. Ese es Paco Taibo II, el incansable promotor de las buenas causas.
Tengo menos aprecio por el Paco funcionario, cuya labor al Frente del Fondo de Cultura Económica, la editorial del Estado más importante de América Latina, tiene luces y sombras: una política de promoción de libros económicos sensacional y al mismo tiempo un descuido de las grandes colecciones del Fondo. Una administración que concentra poder (se llevó a su ámbito Educal y el fondo editorial de la Secretaría de Cultura), y aprieta a las editoriales con los pagos, imponiendo descuentos obligatorios, lo que hace un daño terrible al de por sí endeble ecosistema cultural del país.
Por lo que tengo nulo aprecio es por el Paco Taibo II político, el de las declaraciones que no sólo son políticamente incorrectas, como aquella de las dobladillas, sino que esconden un dejo autoritario que no se le puede permitir a nadie, menos a un funcionario. La primera fue la de los famosos decretazos, aquella sugerencia de que si López Obrador no obtenía la mayoría en el Congreso había que gobernar a base de decretos para anular a la oposición. La segunda, cuando se aprueba la Ley Taibo, para permitir que un mexicano nacido en el extranjero, como era su caso, pudiera dirigir una empresa de Estado, en este caso el FCE, y festejó con una expresión no por vulgar menos autoritaria. La más reciente, la peor de todas, en la que sugiere a los directores de las revistas Letras Libres, Enrique Krauze, y Nexos, Héctor Aguilar Camín, que “se queden en una esquina o se vayan cambiando de país”.
Cambiar de medios favoritos, que es lo que está sucediendo con el gobierno de López Obrador.
Viniendo de cualquier persona, pero sobre todo de un exiliado, la amenaza de “vayan cambiando de país” es absolutamente inaceptable: ni como broma, ni como sugerencia, ni como amenaza. Más allá de eso, lo que refleja la declaración de Taibo es una actitud patrimonialista del poder que no es distinta a la de sus antecesores, a los que tanto critican. López Obrador y Morena ganaron una elección, pero nadie les endosó el país; éste sigue siendo de todos y para todos. Desconozco si hay irregularidades en los contratos de estos grupos editoriales, lo que vi de la inhabilitación de la Secretaría de la Función Pública a Nexos es exagerado, forzado y fuera de lugar y tiene un tufo a venganza que hiede a kilómetros. Todas las revistas e instituciones culturales de este país tienen apoyo de los gobiernos, desde el propio proyecto de Taibo de las brigadas para Leer en Libertad, hasta las revistas Vuelta, Nexos o Artes de México, y nada hay de irregular en ello. Lo que debemos exigir como ciudadanos es transparencia en el uso de esos recursos. Cambiar de medios favoritos, que es lo que está sucediendo con el gobierno de López Obrador, no los hace más demócratas ni menos corruptos, por el contrario, los equipara en el uso faccioso y autoritario del poder que tanto dicen detestar en la 4T.
diego.petersen@informador.com.mx