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Otro grito con nota narca

La tarde del viernes pasado se volvió a repetir la historia: una noticia de capos de la droga mexicanos distrajo las celebraciones patrias justo en el día de la ceremonia y la fiesta del grito de Independencia.

El año pasado, el 15 de septiembre ocurrió el segundo intento frustrado para cumplir el mandato de un juez federal que concedió prisión domiciliaria para Miguel Ángel Félix Gallardo, el llamado “Jefe de Jefes” desde que fue el fundador del cártel de Guadalajara en la década de los ochenta, quien en ese momento cumplía 33 años preso en el penal de Puente Grande. 

Las autoridades penitenciarias de Jalisco habían anunciado que la salida de este capo se realizaría el lunes 12 de septiembre, el mismo día que llegó a México una delegación de alto nivel del Gobierno de Estados Unidos, encabezada por el secretario de Estado, Antony Blinken, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo.

Para el medio diplomático, esa coincidencia influyó para detener la salida de Félix Gallardo de prisión, tanto el lunes como el día del grito que tampoco pudo ser excarcelado cuando miles de mexicanos estaban iniciando los festejos de la noche mexicana, del regreso presencial a los gritos de independencia y al disfrute de aquel fin de semana largo.

Y es que si ya había inconformidad del Gobierno estadounidense por la tardanza en la reaprehensión del también cómplice de Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, a quien la justicia mexicana dio un amparo para no permitir su extradición a los Estados Unidos que lo reclama, la excarcelación de este capo haya podido tensar las relaciones con Estados Unidos, ya que también le imputan haber estado coludido con el homicidio del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena Salazar y del piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar, en 1985.

Un año después, el viernes pasado el Gobierno de la 4T decidió extraditar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, líder del cártel de Sinaloa y quien purga una cadena perpetua en los Estados Unidos.

Desde luego la tensión fue mayor por las reacciones violentas que se registraron tanto en el episodio del culiacanazo en octubre del 2019, cuando lo tuvieron que liberar por las amenazas de sus sicarios, como la quema de vehículos que se dieron cuando fue detenido el pasado 5 de enero que lo reaprehendieron.

Por fortuna, esta vez la extradición de “El Ratón” no generó situaciones violentas, aunque la noticia puso en alerta a las autoridades de todo el país por las verbenas del grito de Independencia. En Jalisco, lo único que tuvimos que lamentar fue el asesinato de cuatro hombres en el conflictivo municipio de Teocaltiche, que ahuyentó a los asistentes a la fiesta cívica.

Mientras tanto, habrá que ver si por fin el envío de Ovidio a los Estados Unidos se traduce en el inicio del debilitamiento del poderoso cartel de Sinaloa.

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