¿Otra vez?
Aunque esta vez el presidente López Obrador no lo ha dicho textualmente, sus acciones, consentimientos y ‘maniobras’ políticas ratifican lo que alguna vez expresó: “A mí no me salgan con que la ley es la ley”. Y me refiero a dos cosas concretamente, al discurso político del ejército y a la nueva ‘consulta’ popular que propuso sobre la Guardia Nacional y la participación de los militares en tareas de seguridad pública hasta 2028.
Y nos referimos a los antecedentes.
En noviembre del año pasado, en el acto militar con motivo del 111 aniversario de la Revolución Mexicana, el Secretario de la Defensa Nacional, general Cresencio Sandoval, se inmiscuyó en política, cuando durante su discurso dijo, “como mexicanos es necesario estar unidos en el proyecto de nación que está en marcha. Para nosotros es un timbre de orgullo poder contribuir a la transformación que se está viviendo, porque los esfuerzos que realiza el gobierno tienen origen en las necesidades legítimas de la mayoría de los mexicanos”. Ante la lluvia de críticas que llovieron de diferentes sectores de la sociedad, aunque no fuera del conocimiento público, se esperaría que el tema se abordara -para ‘taparle el ojo al macho’- entre el general/secretario y el Jefe de las Fuerzas Armadas, que es el presidente de la República.
Y en días pasados, otra vez ‘el cántaro al agua’, cuando en el marco del aniversario de la gesta cívica de los Niños Héroes, quebrantó -violó el precepto- de esa línea imaginaria que divide a las funciones cívico-militares y el general/secretario invadió el ‘pantanoso’ terreno político que no le corresponde. “Quienes integramos las instituciones tenemos el compromiso de velar por la unidad nacional y debemos de discernir de aquellos que con comentarios tendenciosos generados por sus intereses y ambiciones personales, antes que los intereses nacionales, pretenden apartar a las fuerzas armadas de la confianza y respeto que depositan la ciudadanía en las mujeres y hombres que tienen la delicada tarea de servir a su país”.
Y hablamos de consentimiento presidencial del involucramiento militar, porque el Jefe de las Fuerza Armadas -que es el jefe del general/secretario- debería de ‘recomendarle’ no meterse en polémicas y de paso no violar la misma Ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, que en su artículo 17 dice claramente, “Queda estrictamente prohibido al militar en servicio activo, inmiscuirse en asuntos políticos, directa o indirectamente…”. Pero aparentemente aquí se reafirma el ya famoso slogan “A mí no me salgan con que la ley es la ley”.
Y en el caso de la consulta popular -apenas recomendada hace unas horas por el presidente-, la maniobra es inconstitucional. El artículo 35 de la Constitución, en su fracción VIII, numeral 3, es muy claro y señala que “No podrán ser objeto de consulta popular… la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente”.
Así que lo único que se puede confirmar es que en esta administración - ¿Otra vez?’- es que la ley se hizo para violarla abiertamente y públicamente, aplicando literalmente la ‘ilustre’ -y ahora histórica- frase, “A mí no me salgan con que la ley es la ley”. ¿Usted, qué opina?
daniel.rodriguez@dbhub.net