Osote de la fiscalía
Por decir lo menos, la Fiscalía General de Jalisco se tardó en confirmar que había una segunda víctima mortal inocente a raíz del atentado contra Luis Carlos Nájera.
Además del pequeño Tadeo de ocho meses, el mismo lunes murió Javier Sánchez a causa de una bala perdida durante el enfrentamiento y detención de la Policía Municipal en López Mateos y Camino a la Tijera.
Javier quedó tendido en un puente peatonal y la Fiscalía lo registró como “no identificado” sin relacionarlo con los hechos hasta anoche que familiares de la víctima buscaron a medios de comunicación.
Todo el día de ayer el gobernador, el secretario general y el secretario del Trabajo dieron entrevistas sin informar de este hecho. ¿Realmente no sabían nada?
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La Policía de Guadalajara reconoció que, si bien no informó en tiempo real a través de sus redes, sí apoyaron una participación activa en el operativo durante y después del atentado contra el ex fiscal Luis Carlos Nájera.
Entre sus acciones estuvieron repeler la agresión al secretario del Trabajo junto con elementos estatales, brindar apoyo a los civiles lesionados y el aseguramiento de vehículos usados por los hampones.
Nájera sostuvo que no vio a agentes tapatíos durante la refriega, pero allí estaban dos uniformados de Guadalajara que resguardaban una sucursal bancaria y se sumaron a la defensa del funcionario.
Falló la comunicación, pero no lo más importante: la acción. Para que luego no se preste a malas interpretaciones…
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Ricardo Anaya, candidato presidencial de la coalición Por México al Frente, visita hoy Guadalajara.
No acudirá a una apartada colonia para empolvarse los zapatos. Nada de eso. En su lugar, visita un cómodo hotel de la ciudad para un “Encuentro con la sociedad civil”.
Será interesante ver si defiende a Enrique Alfaro de los recientes embates de Andrés Manuel López Obrador y qué términos utiliza para responder.
Otro factor que le pone sabor es que acude el naranja Enrique Alfaro al encuentro, pero también el panista Miguel Ángel Martínez. Veremos si se topan, qué se dicen, cómo se tratan y cómo conviven ante el “sincretismo” electoral de ir juntos a nivel federal y separados a nivel local.